LLUVIA EN VALLADOLID
La primera vez que vine a la Seminci, hace ya unos años, pregunté a mis familiares si debía traer paraguas. "No, es rarísimo que llueva en Valladolid", me dijeron. Y como si se tratase del pronóstico del tiempo intemporal, durante estos años no he usado paraguas jamás. Este año ha sido lo contrario. Por Palencia ya amenazaba lluvia. El miércoles un colega me mandaba la previsión para toda la semana (22-29 octubre) que dura el festival con un mapa de isobaras que lo explicaba todo:
De acuerdo, los partidos
de cine se juegan a cubierto. Es lo bueno del cine. Salvo las proyecciones al
aire libre en verano en la plaza del pueblo, como ocurría en Cinema Paradiso,
el resto de las proyecciones son bajo techumbre. Ahora muchos ven cine en sus
pisitos. Muchas paredes de pladur traslucen las broncas del vecindario, que, si
se mezclan con una escena de suspense pues bueno, no queda mal. Peor sería si
los jadeos del tercero follando se mezclaran con un primer plano de una
película de Ingmar Bergman, Los comulgantes. Eso estropearía el clímax… de la película,
claro.
El recepcionista del hotel donde me alojo ya ha hecho el típico comentario al saber que soy del Norte. "Parece que has traído la lluvia contigo", me dice. Yo asumo la pegada y le replico con mi jab: "He traído la de los años anteriores". Sonrío húmedo.
Aquellos que lo pasarán mal mañana, día de inauguración, serán los fotógrafos, y el séquito de artistas y adjuntos que se visten de gala. Ah, y el público expectante y que vocifera al llegar los protagonistas. ¿Se imaginan las portadas de las estrellas pasadas por agua, trajes arrugados, vestidos largos hechos sopas, peinados arruinados, el rímel corrido…?
Un compañero ha venido a
acreditarse pronto. Al ir a pisar la alfombra verde que se extiende por el
Teatro Calderón -aquí no es roja desde hace tiempo, no me pregunten el porqué-,
le conminan a no hacerlo. Parece que no había sido hollada por las autoridades.
Una vez que el director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid,
Javier Angulo, el alcalde, Óscar Puente y la concejala de Cultura y Turismo del
Ayuntamiento, han procedido esta mañana al tradicional paseo inaugural por la
alfombra verde, todos hemos procedido a saltar sobre ella y a mancharla. Como
niños chapoteando en los charcos.
Mañana les cuento qué
tal Penélope Cruz en L’immensitá del italiano Emanuele Crialese, película que
abre el telón a las 9 de la mañana en el obsoleto y cacofónico Teatro Carrión. Pero
ya les aseguro que, siendo esta actriz gafe, la película me temo que me va a
gustar poco. A la prensa seria les encandilará.
Dejo constancia para compararlo en 2023 del aumento del coste de la vida. Un café con leche en Reinosa (Cantabria) en Atalaya La vega cuesta 1,40 euros. Aprovecho para añadir lo que indica el ticket:
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