Lo importante es saber imponer el relato
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Cartel promocional de la película de Alejandro Amenabar |
Pocos directores españoles despiertan el interés del público a la hora de presentar un estreno. Quitando a Pedro Almodóvar, que siempre ha sabido él solito crear expectación por cada obra que presentaba allende nuestras fronteras en festivales de renombre, tan sólo me viene a la mente dos figuras más jóvenes: Juan Antonio Bayona y Alejandro Amenabar. Verdad que hay un listado de notables directores pero no están en esa liga de la llamada "gran expectación" que se suscita con cada proyecto: los Trueba, Coixet, Sorogoyen, Alberto Rodríguez, León de Aranoa, por poner algunos ejemplos, no levantan tanto interés como si fuera un Barcelona F.C.-Real Madrid.
Es verdad que en ciertas ocasiones son los premios internacionales los que provocan esos anhelos por ir a la sala a verla, como puedan ser los casos más recientes de Sirât de Oliver Laxet, que logró el Premio del Jurado en Cannes, o los casos de 20.000 especies de abejas de Urresola y Alcarrás de Carla Simón por la repercusión que tuvieron en tiempos recientes en Berlín.
Amenabar y Bayona son dos directores no muy prolíficos: el primero a sus 53 años cuenta con 8 largometrajes; el segundo, con 50 primaveras, ha rodado dos menos. Los paralelismos continúan con los premios: así, Amenabar logró el Oscar por Mar adentro (2004); el realizador catalán estuvo a las puertas con La sociedad de la nieve (2023) si no se hubiera cruzado ese año la también magnífica La zona de interés. En cuanto a los Goyas, Alejandro atesora dos como mejor director y tres a mejor película frente a Bayona que ha logrado tres en dirección y uno a mejor filme. También se asemejan en que junto a proyectos con reputados actores nacionales cuentan con trabajos en los que han intervenido actores internacionales de renombre: Ethan Hawke, Rachel Weisz o Nicole Kidman en el caso de Amenabar, o Sigourney Weaver, Bryce Dallas Howard y Naomi Watts por parte de Bayona.
Por último, querría destacar que mientras Amenabar se ha sentido atraído por figuras históricas (la astrónoma Hypatia de Alejandría, Miguel de Unamuno, y ahora Cervantes) o contemporáneas (Ramón Sampedro símbolo de la eutanasia) que luchan contra un ambiente hostil en sus respectivas épocas, Bayona se ha decantado por narrar historias de personajes que luchan por adversidades no tan ideológicas, políticas o sociales de su tiempo, sino ante desgracias más naturales (familia ante un tsunami, niño frente al duelo por la muerte de su madre o un equipo de deportistas enfrentándose a su supervivencia en la cordillera de los Andes).
Este año es Alejandro Amenabar el protagonista, el que ha creado expectación con El cautivo, que se estrenará en España el próximo 12 de septiembre, previo estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), dentro de la sección Special Presentations, una de las más prestigiosas del certamen canadiense que celebra este año su 50 edición del 4 al 14 de septiembre.
El estreno en Toronto marca el inicio del recorrido internacional de El cautivo. Su director, Alejandro Amenabar presentó en la misma sección Mar adentro y Mientras dure la guerra. La
sección Special Presentations acoge películas de autores consagrados y
títulos que, por su calidad cinematográfica y el interés que despiertan,
se perfilan como protagonistas de la temporada internacional. En
ediciones anteriores se han proyectado películas como Los que se quedan, Sin novedad en el frente o Los Fabelman, entre otras.
El rodaje ha tenido lugar en la Comunidad Valenciana: Alicante, Santa Pola y los estudios “Ciudad de la Luz” entre otras localizaciones levantinas, así como en los Reales Alcázares de Sevilla.
Con guion de Alejandro Amenábar, El cautivo está protagonizada por Julio Peña y Alessandro Borghi, que junto a Miguel Rellán, Fernando Tejero, Luis Callejo, José Manuel Poga, Roberto Álamo, Albert Salazar, Juanma Muniagurria, César Sarachu, Jorge Asín, Mohamed Said, Walid Charaf y la debutante Luna Berroa, entre otros, completan el reparto.
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Julio Peña con el director Alejandro Amenabar observando una escena rodada |
¿Y qué nos va a contar el autor de Los otros? Pues en lugar de hacer un biopic, parece que se va a centrar en unos pocos años de la vida del escritor de Rinconete y Cortadillo. En concreto, los que comienzan con su cautiverio de cinco años (1575-1560) en Argel, cuando regresaba a España en la galera Sol y esta es apresada por una flotilla turca cerca de la costa catalana. Según nos relata el director, "en 1575 se cerraron las puertas de la libertad para Miguel de Cervantes, pero a cambio se abrieron las de su imaginación y su humanidad. Mientras ideaba arriesgados planes para fugarse de una desoladora prisión árabe, aquel joven soldado se vio empujado a conocer el mundo de sus captores y a interactuar con ellos en suelo enemigo. Y allí, entre sus compañeros de cautiverio, encontró su verdadera vocación como inigualable contador de historias".
He consultado tres fuentes para redactar este artículo sobre Cervantes. Curiosamente, en una de ellas se afirma que "poco sabemos con absoluta certeza de la vida del más universal de nuestros escritores". De hecho, algo tan básico como la fecha de nacimiento, en una se afirma que "ignoramos el día en que nació (...). Fue bautizado en Alcalá de Henares (9-X-1547)". Y en las otras dos se nos dice que probablemente sea 9-X-1547 y en la otra tan sólo se afirma que nació en 1547.
Visto lo visto, tenemos que suponer que Amenabar habrá tenido que recurrir para describir en su guion esos cinco años de cautiverio a lo que el mismo Manco de Lepanto recreó en sus obras como la Epístola a Mateo Vázquez, El trato de Argel, Los baños de Argel y el relato del Capitán cautivo que aparece en El Quijote I (capítulos 39-41). Más lo que haya echado a la cazuela la pizquita de imaginación, mucha o poca. Veremos.
En la nota de prensa que nos envían, Amenabar comenta que "entrar en la cabeza y el corazón de uno de los mayores talentos de la literatura ha acabado convirtiéndose en la tarea más intensa y personal de mi carrera. Deseo que la gente conozca a Miguel de Cervantes tanto como creo conocerlo yo ahora. Y que haga un viaje en el tiempo para verse allí, entre corsarios, cautivos, renegados, amigos y enemigos... observando y escuchando a aquel hombre fascinante que ni siquiera sabía aún que era un genio”.
Cuando uno se enfrenta a hechos históricos bastante documentados, no queda más remedio que ceñirse en lo posible a ellos, so pena de ser acusado de interpretar –en el mejor de los casos– o de tergiversar la historia –en el peor–; si no hay suficiente documentación, aquí el creador puede asumir con su imaginación el rellenar los agujeros negros. Y si logra conectar el pasado con el espectador del presente, las lanzas de guerra no se pondrán en posición de combate. Ya le ocurrió con su última obra: Mientras dure la guerra (2019).
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Julio Peña (Cervantes) frente al actor Roberto Álamo |
SINOPSIS DE EL CAUTIVO
Año 1575. El joven soldado Miguel de Cervantes es capturado en alta mar por corsarios árabes y llevado a Argel como rehén.
Consciente de que allí le espera una cruel muerte si su
familia no paga pronto su rescate, Miguel encontrará refugio en su
pasión por contar historias. Sus fascinantes relatos devuelven la
esperanza a sus compañeros de prisión y acaban por llamar la atención de
Hasán, el misterioso y temido Bajá de Argel, con el que comienza a
desarrollar una extraña afinidad.
Mientras los conflictos crecen entre sus compañeros, Miguel,
llevado por su inquebrantable optimismo, comenzará a idear un
arriesgado plan de fuga.