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miércoles, 31 de agosto de 2022

EL BESO DE LA JUVENTUD

 

 

 LOS ENFANT TERRIBLES

WELLES, KUBRICK, TRIER Y DOLAN

Me faltaba por ver una película en la filmografía de Stanley Kubrick: El beso del asesino (Killer's Kiss, 1955). Era su segunda película pero el bautismo real en la industria cinematográfica con el apoyo de la United Artists. Es un film noir, un género muy en boga en EE. UU. en los cincuenta, el cual narra en forma de flash back una doble vida: la de un boxeador a punto de pelear esa noche y la de una hermosa joven que se dedica a ser dama de baile en un salón y pretendida por el dueño. Lo mejor es la fotografía en escenas de interior; lo peor la flojedad interpretiva (actores prácticamente desconocidos), un argumento simple y algunas escenas, como el flash back de la bailarina con voz en off, que demuestran a un Kubrick en fase de aprendizaje. Ah, y que recuerde el único final feliz de su obra.

El director neoyorquino contaba con 27 años de edad. Un enfant terrible, en el sentido de persona precoz, brillante, rebelde y transgresora. En este caso nos quedamos con el adjetivo precoz, si consideramos que con 25 hizo su primer filme con cuatro dólares, "Fear and desire" (1953).

 

 

Otro enfant fue Orson Welles. A sus 26 años rodó su Ciudadano Kane (1941). Cabrera Infante decía que "El Ciudadano es esa obra maestra que uno espera como la suma final de la obra de un artista y nunca al principio." Welles fue aquí precoz, brillante y transgresor porque puso en tela de juicio el principio, hasta entonces admitido en Hollywood, de que el estilo debe pasar desapercibido y borrarse ante la historia que se cuenta. Su filme es la Capilla Sixtina.

El tercero del que quiero hablar es del danés Lars von Trier. Contaba ya con 28 años cuando presentó en Cannes su ópera prima, El elemento del crimen (1984). De su película apenas puedo decir nada, pues durante la proyección en el cineclub FAS de Bilbao en 1985(?) subí al cuarto de proyección para presentar mis respetos cual Salvatore al proyeccionista Alfredo en Cinema Paradiso. La conversación se alargó toda la película y me quedé sin verla. Recuerdo que hubo alabanzas en el coloquio. Trier es brillante y rebelde con algo de transgresor. La rebeldía se manifestó en la creación del Dogma 95.

 

 

 

 Por último, me queda el director Xavier Dolan. El canadiense fue el más precoz ya que con 19 añitos se presentó en la Quincena de los Realizadores en Cannes con Yo maté a mi madre (2009). La prensa en su momento dijo que "apenas era una niño" o que "marcaba el nacimiento de un nuevo talento". Salvo Mommy, realizada cinco años después, no ha hecho nada más reseñable. Ni transgresor, ni demasiado brillante y tal vez (poco) rebelde.

De los cuatro aquí presentados, no sé qué pensarán, pero yo me quedo con los dos primeros. Sí, ya sé que me quedan otros como el francés Leo Carax,  que con apenas 24 años realiza Chico conoce a chica (1984). Pero en algún punto he de poner FIN.



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