En el final de la etapa, el premio de la montaña va para "El agente secreto" de Kleber Mendonça
El viernes era el día de romperse civilizadamente la crisma contra la horda de fotógrafos profesionales, amateurs, agentes de seguridad y demás intranquilo personal de la organización del Zinemaldia para obtener la foto de Jennifer Lawrence. He tenido que batirme el cobre como Rambo en Vietnam pero aquí la tienen:
Y tras haberse recobrado de la impresión, este que escribe sigue su camino haciendo la reseña de tres películas que vi en mi último día de Zinemaldia.
El director Kleber Mendonça Filho presenta "El agente secreto" |
El penúltimo día del Zinemaldia, a pesar del cansancio que uno lleva ya tras más de 30 películas vistas, no carecía de motivación. "El agente secreto" del director brasileño Kleber Mendonça Filho venía con el marchamo de haber ganado los premios a Mejor Dirección, actor (Wagner Moura) y el premio Fripresci en Cannes de este año.
Me ha convencido mucho esta historia de 158 minutos sobre un doctor universitario, Marcelo, cuya vida se ve jodida cuando un tipo desmantela todo lo que en la Universidad está logrando con las varias vías de investigación tecnológica. Mendonça arranca con una escena que te va dejando mal cuerpo, porque sabes que todo lo que pasará a partir de entonces lleva el sello de la inquietud. Marcelo llega para repostar a una gasolinera, pero se da cuenta de que un cadáver está expuesto al sol y tan sólo cubierto por unos cartones. En un primer momento quiere huir, no quiere problemas pero su depósito ha llegado al límite. Todo ello está contado con fuerza, con esa planificación que sólo los buenos directores saben transmitir al espectador.
El guion consigue que el mal sea en ocasiones abstracto y en otras ocasiones muy concreto. Estamos en 1977 donde la gran sensación en la cartelera cinematográfica son los estrenos de dos películas que, no por casualidad, son: Tiburón y La profecía. De la primera contribuye a las escenas más surrealistas, fantásticas y cómicas de la película; de la segunda, intuimos que el mal que corroe en Brasil, el político y policial, está omnipresente. No se menciona que Brasil vive en el periodo de la dictadura del general Ernesto Geisel (1964-1985). Es ese es el gran acierto.
Marcelo huye hacia a Recife, lugar donde ha encontrado un cierto refugio y con la idea de reencontrarse con su hijo pequeño. Pero Kleber Mendonça ya nos avisa de que cuando una sociedad está sometida a cualquier dictadura y el mal está incrustado hasta en los rincones de la sociedad y de los estamentos políticos, no hay lugar para la escapatoria. Todo sin nombrarse. Porque para qué concretar cuando aun transcurriendo en un año 1977 concreto lo que se narra en "El agente secreto" sirve para otros momentos donde las libertades civiles y políticas están restringidas.
La iluminación de "El agente secreto" es la luz de aquellas películas de los 70. Incluye escenas en una sala de proyección, una manera de expresar un homenaje al cine de aquella época pasada. Una de las mejores películas de este año sin duda alguna.
"Valor sentimental" de Joachim Trier |
La siguiente película también en la sección Perlas era la de Joachim Trier: "Valor sentimental". Era otra apuesta casi segura. Trier me había encandilado con "La peor persona del mundo". He de reconocer que los 135 minutos en el Teatro Victoria Eugenia me han pesado por ser una historia más densa y difícil de contemplar que la anterior porque las imágenes están perladas de conversaciones sentimentales, donde el pasado revierte en el presente y donde hay derivaciones (escenas teatrales, lecturas de guion de una película que se quiere rodar) que hacen la experiencia más "cansina".
Relata la relación que las dos hermanas Nora y Agnes tienen con su su distanciado padre, el carismático Gustav, un antiguo director de renombre que le ofrece a su hija Nora, actriz de teatro, un papel en su próxima película. Nora lo rechaza y pronto descubre que le ha dado su papel a una joven y entusiasta estrella de Hollywood. De repente, las dos hermanas deben sortear su complicada relación con su padre y lidiar con una estrella estadounidense que se encuentra en medio de su compleja dinámica familiar.
Contiene un arranque impresionante, donde Nora relata cómo se "siente" la casa familiar durante los años en que Gustav vivía con ellas y con su madre hasta el divorcio. Pero de ahí todo empieza a mostrar una densidad emocional que se me hace bastante difícil de digerir. Trier se muestra menos acertado o inspirado en la puesta en escena salvo en varios momentos. El final logra elevar el interés y dejar un poso en el espectador de que el tema de cómo las relaciones con los progenitores dejan una huella indeleble difícil de sortear. "Valor sentimental" es más valiosa por el guion que en el resultado final en pantalla. Aún así es una obra cinematográfica muy interesante.
"Ballad of a Small Player" de Edward Berger |
La última película dentro de la Sección Oficial a concurso vista en el Príncipe 2 después de meterme una ensalada de tomate (sólo había tomate y no del País), unas albóndigas que más parecían almóndigas) y unas natillas con una galleta María, se me hizo llevadera. Su título en español "Maldita suerte".
Porque el director alemán Edward Berger (1970) sabe dirigir una mediocre historia procedente de esos best sellers vendidos en la zona duty free de aeropuertos como los ángeles. Tiene talento y fuerza para narrarnos una historia que transcurre en Macao entre casinos de juego. Tenemos a un entregado Collin Farrel en el papel de Lord Doyle, cuyo pasado y las deudas por el juego -él no se considera un ludópata- comienzan a pasarle factura. La suerte es esquiva pero se encuentra con un alma gemela que podría tener la clave de su salvación: una mujer tan guapa, tan imposible de creer que parece irreal.
Lo que uno no entiende es que esta película esté en la Sección Oficial según los parámetros con los que suelen usar para dar el pase de entrada. Me temo que se irá de vacío y lo tendrá merecido.
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