Un arranque brillante que se fue diluyendo
El inicio de un viaje es como un nacimiento a algo "nuevo"; la diferencia es que frecuentemente en el viaje sueles tener programado el billete de vuelta; en cambio, al nacer, por mucha programación genética que tengas, no sabes cuándo finalizará a ciencia cierta.
Como aconseja Malcon Leary en "El turista accidental" (1988), un escritor de guías turísticas, es importante estar preparado, llevar poco equipaje y conocer el destino para minimizar las sorpresas desagradables. Así que mi destino es el Kursaal 2 de San Sebastián. Hora: 9:00 del día 19 de septiembre.
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"Bad Apples" del director Jonatan Etzler |
No sé cómo titularán "Bad Apples" en su estreno en salas. En los subtítulos de la pantalla aparece como "Las manzanas podridas". El arranque me parece magnífico y el desarrollo no deja hueco para la consulta al reloj. Se nota que su director, Jonatan Etzler, es joven (37 años y segundo filme), pues la película está en la sección Nuevos Realizadores, donde se espera nervio en la narración, algo de originalidad y pizca de provocación al espectador. Lo ha conseguido, haciendo que en dos momentos el público presente en el Kursaal 2 rompa en aplausos. Saoirse Ronan, su protagonista, es una maestra cuya vocación nació desde la infancia. Asistimos a esas excursiones que se montan en las escuelas, en parte para sacar a los niños de la rutina y, en parte, para que aprendan lo que es el mundo más allá de las carcelarias y tenebrosas aulas docentes. Vemos cómo se procede a la elaboración de la sidra desde su volcado en la fábrica hasta su canalización por cintas sinfín en un complejo proceso. Pero... uno de los alumnos, esa manzana podrida a la que alude el título, acaba de lanzar su playera a ese complicado mecanismo de producción. La cadena, cómo no, se para y, claro, todo es una metáfora de lo que ocurre también en la clase de primaria de Saoirse. ¿Qué hacemos con el querubín que monta el pollo con raptos de violencia inexplicables? Pues ella tiene un plan, bueno, decide algo ante las circunstancias sobrevenidas.
Lo mejor del filme es que no es película de tesis, sino de debate. El humor ácido de la "manzana" acompaña a la historia convirtiéndola en una obra donde el espectador se ríe sin saber con quién estar a favor. No tenemos claro quién es el héroe o antihéroe, si es que son válidas estas categorías para contemplar "Bad Apples". Impagable la escena donde la maestra, superada por las circunstancias, se cobija debajo de una de las mesas del aula. ¿Metáfora de por dónde vas los derroteros en la educación de hoy en día? Otra clave es una frase que se escucha en boca de una de las alumnas que se sientan en primera fila, la aplicada y pelota, y se la dice en un momento dado al niño manzana podrida: "¿Sabes que a nadie le importas? Y la clase sin tí va mejor! Y tu padre ha dejado de buscarte”.
Las raíces del mal comportamiento a menudo no es sino un abandono por parte de los progenitores. Como decían en mi pueblo: si no puedes educarlo, ¿para qué la metes (la polla)?
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"Six Days in Spring" de Joachim Lafosse |
En el pase de prensa de las 12:00 en el Teatro Principal, se ha podido ver "Six Days in Spring" de Joachim Lafosse. A la salida, me comentaba un compañero que con qué criterio esta película belga estaba en la Sección Oficial. Todavía uno cree que el hecho de estar en la S. Oficial obedece a criterios de calidad. Ingenuo. Lafosse narra la historia de Sana, una mujer negra divorciada que tiene dos hijos y quiere pasar unos días de asueto con un noviete blanco, entrenador de fútbol de niños. Un pequeño imprevisto les obliga a cambiar de planes vacacionales y Sana, muy a su pesar, decide viajar a Saint-Tropez en donde su exsuegro posee una mansión con vistas al mar.
Vivirán unos días de Semana Santa como seres fantasmales: sin gastar agua sanitaria ni luz eléctrica, viviendo a la luz de las velas, buscando calitas o playas alejadas de la residencia y pasando de incógnito en el barrio residencial. No quiere que nadie se entere de que ya no puede habitar un sitio donde ya no le corresponde.
Lafosse coloca la cámara en el interior del casoplón, con un ambiente oscuro y un exterior luminoso. Es la mejor idea que tiene, pues es la manera de expresar el interior emocional por el que está pasando la protagonista. Pero sólo se puede intuir, ya que el director apenas nos cuenta nada de cómo ha sido su separación. A veces menos es más, pero no siempre. Contemplamos una serie de acontecimientos que no logran sustentar el andamiaje dramático: baños en el mar, ocupación de los niños de la piscina de un vecino, descubrimiento por los niños del amor incipiente entre madre y entrenador...
Asistimos a unos días de vacaciones, pero los vivimos con la intranquilidad del que se sabe "okupa" de una casa con vistas al mar, aún siendo la casa de los abuelos de sus hijos. Y poco más: una cámara en mano, una luz natural donde Eye Haidara de un negro marfileño apenas se la ve en muchas escenas, y una serie de temas musicales que ayudan a sobrellevar esta inanidad.
Para sobreponerme a este bajón voy a The Morgan Konpany, un restaurante del Casco Viejo de San Sebastián, Sigo siendo fiel uno o dos días durante el Festival a este lugar donde me traen recuerdos: inicio de una relación y abandono en plena degustación de platos por parte de otra mujer. Por 28 euros hoy viernes, he disfrutado de ensalada templada de gambones crujientes, guacamole y bouquet de lechugas varias. Como lo riego con una botella de sidra, el camarero ya frisando los 60 con coronilla monacal, me empieza a parecerme bellA, de poca conversación -adusto, propio del carácter vasco-, pero eficaz en el servicio.
De segundo, tataki de ternera marinada en casa -un poco más de Cantábrico no le habría venido mal- con mil hojas de patata y tximitxurri. Después de leerlo, creo que "Six Days in Spring" me empieza a parecer pura prosa prosaica. Decía la actriz Charo López, que una cosa es vivir sola y otra estar sola. En mi caso, puedo afirmar que ,mientras me tomo el sorbete de limón al cava, vivo y estoy solo pero me hago buena compañía. Al menos lo intento.
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"La tarta del presidente" del director Hasan Hadi |
"La tarta del presidente" de Hasan Sadi recoge las narraciones tradicionales de Persia (o así me lo parece), de gran sencillez pero efectiva. En clase, el maestro sortea entre los alumnos quién va a preparar una tarta por ser costumbre en Iraq de que en el día del cumpleaños del presidente (Sadam Husein) la población así lo haga. Le toca a Lamía, una niña que vive con su madre (o abuela por su aspecto) y que apenas tienen qué comer. Estamos en plena guerra de Occidente contra el sátrapa Husein y el embargo hace mella entre la población civil iraquí. Para preparar una tarta se han de lograr unos ingredientes como el dice su abuela: harina para la vida; azúcar para que la vida sea dulce; huevos para que sea fértil y la levadura para que esponje. Este es el MacGuffin o elemento dinamizador que moverá a Lamía a hacer un viaje iniciático a la ciudad en busca de los ingredientes para la tarta. Pronto descubre que su abuela la quiere dejar en manos de unos conocidos para que la mantengan, lo que provoca su huida. Pocas escenas me provocan conexión emocional y, aunque veo la intención del director de describir la situación social (sobre todo del comercio, eje del bienestar de un país) de los iraquíes en 1990, a mí no me provoca ese entusiasmo que pareció tener entre el jurado en Cannes que la premió con la Cámara de Oro a mejor ópera prima. Tampoco ayuda los 40 grados en la sala y la sed que padezco.
No se me puede ir de la memoria visual, la escena nocturna donde de vuelta al pueblo transportan un ataúd envuelto en una sábana. Ésta sale despedida hacia el cielo nocturno donde se atisba la Luna. Para Lamía ese viaje de ida y vuelta hará que deje de ser una niña para convertirse en una mujer madura, aunque su cuerpo siga siendo el de una niña.
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Cartel de la película "Los tigres" de Alberto Rodríguez |
En el Teatro Principal a las 19:45, pudimos ver Los tigres de Alberto Rodríguez en el pase de prensa, que este año presenta también la serie "Anatomía de un instante". "Los tigres" aborda una profesión que rara vez se ha visto en el cine español: la del buceo de reparación de buques petroleros, como afirma Antonio de la Torre, "una profesión tan dura como la de minero". Protagonizan unos correctos Antonio de la Torrre y Bárbara Lennie que hacen de hermanos en el filme. Se trata de un thriller en el que los apuntes sobre la precariedad laboral, familiares (pago de pensión a la exmujer) conforman una mirada, como siempre, progresista.
Lo peor que se pude hacer con esta obra es compararla -a peor- con su película más redonda y celebrada por crítica y público "La isla mínima".
"Los tigres" se ve con interés creciente, pero sus fallas de guion y una falta de puesta en escena más inspiradora por parte del director, la colocan en una obra entretenida sin más. Destaquemos en especial todas las secuencias que transcurren bajo las aguas de Huelva donde tiene lugar la historia de un atractivo visual grande. Hay ciertas líneas narrativas -como la relación de Antonio con su exmujer e hijas- que parecen estar más como motivo justificativo de lo que va a pasar en la segunda mitad que como fuste de la trama.
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"27 noches" del director Daniel Hendler |
La película inaugural en la S. O., "27 noches", de Daniel Hendler la pude ver en el horno crematorio del Príncipe 2 a las 22:30. Me comentaban que era una comedia argentina y el sello de Netflix, como otrora hacían las productoras majors de Hollywood, aparece al principio con una música que parece decir:”Abónate”. Pensé que las peripecias entre una anciana de 82 años cuya familia (dos hijas) quiere internarla en un psiquiátrico, y el perito (Daniel Hendler) que tiene que evaluarla, serían un buen broche final para el primer día del Zinemaldia. Craso error. Ni me río, ni me sonrío, ni lloro ni hago hipidos. Tan sólo me acerco a la jovencita que está a mi lado porque se ha traído un pai-pai a ver si el chorro de aire me alivia del tostonazo que estoy viendo. No es comedia, no es drama.No sé qué estoy viendo. Eso sí, en la rueda de prensa, el productor Santiago Mitre cargando contra la motosierra de Javier Milei y hablando del erial cultural que está dejando en Argentina. Por eso mi apreciado Rebordinos ha programado en S. O. no una sino dos obras maestras del cine argentino actual. Por decir algo, Marilú Marini despliega a su provecta edad una vitalidad que ya me gustaría a mí.
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