Si no es por Kafka, no sobrevivo
La jornada del lunes 22 de septiembre, la cuarta, venía con cierta preocupación por parte del que esto escribe, pues me iba a meter cuatro películas de la Sección Oficial. Puedo decir que he sobrevivido.
Lamento decir que si mis tuits en X se leen por cientos y cientos de tuiteros, estos artículos, que me llevan su tiempo -robados al placer de comer con serenidad la ensalada de pasta y un pollo asado con un pastel de zanahoria-, sin embargo, los leen apenas decenas de lectores. Una pena. Debería empezar a cobrarlos. La gente está acostumbrándose a leer telegramas como si les costase o cobrasen por leerlos. Un mundo raro.
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Fotograma del filme "Franz" de Agnieszka Holland |
Y para rarezas lo de la mañana que empezaba en el Teatro Victoria Eugenia viendo “Franz” de la directora polaca, prolífica y añosa (77años) llamada Agnieszka Holland. Tiene mucho mérito haber realizado un biopic como el que ha dirigido, pues se nota que ha dispuesto de pasta gansa y que lo ha sabido invertir en hacer arte. Arriesgado afrontar la descripción de la vida de uno de los escritores más reputados y estudiados del siglo XX. Un plano donde aparece una guía turística nos muestra en un museo a un lado los volúmenes inspirados por el escritor -miles y miles- y en el lado siguiente una maleta llena de libros y documentos donde su albacea, Max Brod, pudo salvar parte de la obra literaria de Kafka.
Arriesgado porque abordar una vida -aunque muriera relativamente joven de tuberculosis a la edad de 40 años- como Holland lo hace no dejará satisfechos a muchos espectadores. Resulta que quiere abarcar toda su figura desde una mirada alejada de la narrativa convencional y de forma caleidoscópica, con saltos temporales, con voces en off de personas que le conocieron, mirando a cámara en ocasiones… El problema que me pasa es que no conecto con las vicisitudes del escritor judío de Praga, a pesar de contar con una convincente actuación de Peter Kurth. Es la narrativa -loable y arriesgada sin duda- la que me aleja, pero a su vez lo más arriesgado y artístico.
Agnieszka aborda incluso la repercusión en el presente del autor de “El proceso”. Impagable las imágenes de turistas americanos que entran en una hamburguesería para comer hamburguesas “Kakfka” como él las comía a principios del siglo anterior, mientras el guía cobra una comisión del dueño del establecimiento por ello; o el guía japonés que les indica a los turistas nipones el área del río donde Franz solía echarse a tomar el sol y por dos euros les ofrece una toalla desechable para que puedan recostarse sobre ese lugar acotado.
Creo, a riesgo de equivocarme, que este proyecto ha sido el más ambicioso dentro de la filmografía de la realizadora polaca. Y aunque nos cueste meternos en la narración a nivel formal “Franz” es fantástica.
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Imagen de "SAI: Disaster" |
Suele ser costumbre que el Zinemaldia programe una película que bien pudiera cobijarse en la Semana de Cine Fantástico y Terror de San Sebastián. “Sai: disaster” del japonés Yutaro Seki empieza de una manera que el espectador necesita una libreta y una brújula para no perderse entre tantos personajes. De lo que he podido entender -más que los dos jóvenes sentados a mi lado que se han dormido- es que se trata de cuatro personajes en lugares diferentes de Japón, con labores distintas y un único personaje que está presente junto a ellos. Lo que parecen ser suicidios o accidentes mortales en un principio, para una agente policial resulta, en cambio, le resulta sospechoso y empieza a intuir -por los trozos de pelo que faltan en los cadáveres- que podríamos estar ante un asesino en serie.
Seki es un director que quiere mostrar una historia ya vista de un modo diferente. Lo que sucede es que ni las víctimas ni el supuesto asesino ni la investigadora nos importa lo más mínimo. Parece estar más atentos a ser original que a dotar de cierto espesor humano a sus personajes. Y eso lastra mucho el interés del filme.
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Fotograma de la película "Ungrateful Beings" |
Programada a las 15:45 en el Kursaal 1, “Ungrateful Beings” del esloveno Olmo Omerzu no me generaba grandes expectativas. El café largo que me tomé hizo el efecto de no abrazar a Morfeo y seguir una historia eficaz que tiene varios giros que evitan las cabezadas.
David, un marido separado de su mujer, lleva de vacaciones a sus dos hijos a la costa del Adriático. La adolescente está pasando por problemas de anorexia por la separación de los padres. El enamoramiento de un joven de la zona hace que mejore las ganas de comer -el deseo sexual aumenta el apetito-.
Algo pasa en la zona -no quiero desvelarles nada- y el chavalín tendrá que fugarse, por lo que Klara volverá a su negativa a comer. ¿Qué harán sus padres para que no muera de inanición? Pues David, el padre, tratará de hacerse pasar por el joven con el uso del whatsapp dando pie a unas escenas divertidas y embarazosas del Zinemaldia. ¿Hasta cuándo podrán alargar los padres esta farsa para que reine la felicidad y la unión en la familia?
“Ungrateful Beings” no es para echar cohetes pero al menos se ve con interés creciente por la historia más que por méritos de puesta en escena.
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Dolores Fonzi, la directora de "Belén" |
He puesto la foto de la directora porque es lo más lindo que puedo resaltar de “Belén”, un panfleto muy aplaudido en el Teatro Principal sobre el derecho de la mujer a su cuerpo y a la libertad de abortar o tener criaturitas si se les pone el coño.
Trata de una joven que es acusada en 2014 en Argentina de un delito de homicidio con agravante de relación por parentesco. Lo peor de todo es que cae en todos los típicos tópicos habidos y por haber en este tipo de telefilmes donde se nos vende cualquier causa y denuncia del sistema.
Si Alauda Ruiz de Azúa trataba de ser basta equidistante en la mirada sobre un caso de vocación religiosa en “Los domingos”, Dolores Fonzi se envuelve en el pañuelo palestino de la causa abortista con cancioncilla de cantautor reivindicativo para los títulos de crédito.
Lo produce el león de la MGM, que es de Amazon. Así que no le podemos achacar a Milei que haya puesto dinero público en este aborto panfletario titulado como el lugar donde vino el niñito Jesús -como se llega a decir en la película-.
En honor de la verdad, aunque cause sonrojo el maniqueísmo al menos no aburre.
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