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lunes, 24 de octubre de 2022

Seminci 2022. Jornada 2ª

 MENÚ CAVIAR Y DE 3 TENEDORES

            La codirectora Charlotte Vandermeersch presentando en Seminci Las ocho montañas


Cuando la organización de la Seminci programa una película por la tarde en un cine que no es el Teatro Calderón (principal), uno tiene la impresión de que lo que va a ver es siempre el relleno de la sección oficial. Si, además, la película dura dos horas y media, como es el caso de Las ocho montañas (Le otto montagne, 2022), vas preparado para sufrir una posible emboscada de fuego enemigo. O como le pasa a uno de los protagonistas, sufrir el mal de altura. Pero en esta ocasión, hemos recibido -siguiendo con la metáfora- un lanzamiento aéreo de avituallamiento por aviación amiga.

Tan sólo he perdonado (y agradecido) al director británico David Lean que hiciera largometrajes de larga duración -recuérdese Doctor Zhivago o La hija de Ryan, por poner dos ejemplos-. Las ocho montañas podría estar dirigida por él, ya que ni le sobra ni le falta nada. En este caso han sido dos directores, los belgas Félix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, esta última presente hoy en Valladolid, los creadores de una fascinante adaptación sobre la relación de amistad viril entre dos amigos. Pietro es un chico de la ciudad de Turín, urbanita, de 12  años que durante las vacaciones pasa sus veranos en una localidad montañesa de los Alpes en la que, casualidades de la vida, tan solo vive hay un niño como él de doce años: Bruno.

Apoyada en una voz en off (la de Pietro, Luca Marinelli), que sirve de contrapunto y no de mero subrayado a las imágenes, asistimos a un vibrante y emotivo periplo vital de casi treinta años. Como toda buena película que se precie, contiene escenas de una gran emoción que van revelando momentos cruciales de la relación entre Bruno y Pietro.

Un aspecto destacable del filme es la influencia paterna en ambos durante todo el metraje, y eso que solo uno de los padres aparece y no en demasía, pero sí lo suficiente para gravitar permanentemente durante el metraje sobre sus vidas. El paisaje forma parte de la vida de ambos chicos. Curiosamente, han elegido los directores un formato cuadrado (4/3) ya que es la verticalidad del paisaje el que impera. La vida de ambos divergirá en un momento dado ya que cada uno toma decisiones vitales distintas a pesar de estar enraizados en la montaña: Bruno quedándose para explotar una cabaña ganadera y Pietro viajando y escribiendo libros mientras trabaja de cocinero. A pesar de las distancias, la relación de amistad perdurará como perduraba en "Dos hombres y un destino". Y la montaña será testigo de ello.

 Las dos películas que conformaron el triplete oficial fueron "Decision to leave" y "Los viajeros de la noche". Ambas muy buenas. La primera la dirige Park Chan-wook y se trata de un thriller policíaco con una gran dosis de romanticismo basado en la atracción del comisario por una china inmigrante ilegal que es sospechosa del asesinato de su marido. El director coreano nos atrapa con una historia que lejanamente en su tono puede recordar a Instinto básico, pues atrapa al espectador hasta un desenlace muy potente. Es verdad que por intentar contar de un modo algo distinto a lo que se ha creado hasta la fecha, Park Chan-wook obliga al espectador a estar en constante alerta para no perderte en la trama.

Los viajeros de la noche (2022) es una propuesta francesa dirigida por . Es una emotiva por momentos historia sobre una familia encabezada por Charlotte Gainsburg y sus dos hijos en la adolescencia. Ella está viviendo la separación de su matrimonio y trata de volver a la vida laboral. Recurre al trabajo nocturno en un programa de radio y más adelante se vuelca en labores en una biblioteca pública. Actividades, para el que escribe, muy queridas. Así que tal vez la valore más de lo que el filme, en una puesta en escena no demasiado brillante y algo funcional, valga. De todas formas, es muy recomendable pues junto al divorcio, presenta otros temas muy de la época en que tiene lugar la historia: los años 80, tales como las drogas, la ilusión por la actividad política y el cine como educación emocional,  presentes en Los pasajeros de la noche. Loable el intento del director de atrapar esa época reciente con la textura del formato y calidad de los vídeos que se usaban en ese tiempo.




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