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domingo, 29 de septiembre de 2024

Crónica del Zinemaldia 2024 (p. m.)

 Tardes de soledad de Albert Serra se lleva el rabo en la plaza de cine de San Sebastián

 

En las orejas (dirección ex aequo) hubo disparidad de opiniones, merecida para la directora portuguesa Laura Carreira por On Falling y la protestada por la faena de Pedro Martín Calero, director de El llanto


Foto que al ganador de la Concha de Oro, Albert Serra, le habría gustado para la portada de este artículo


Este año el jurado oficial presidido por Jaione Camborda no ha errado mucho el tiro, es más, en honor a la verdad la principal decisión, la Concha de Oro, ha dado en la diana. Según se comentó ayer en la ceremonia, los miembros del jurado han vivido estos días sin relacionarse con los equipos artísticos de las 16 películas que optaban a la Concha para evitar interferencias. Ese retiro monástico les ha debido de venir bien, pues aunque todo palmarés es opinable, no ha habido decisiones descabelladas como sí las hubo otros años, para desgracia del Zinemaldia y su historia.
 
Esta edición ha sido muy nutrida en protagonistas. Dice su director, José Luis Rebordinos, que de los 14 años que lleva de jefe el año que más estrellas ha concitado. La lista ha sido larga: a los Javier Bardem, Cate Blanchet y Pedro Almodóvar que acudieron  a recoger sendos premios Donostia, se les unieron también tanto actores conocidos por el público (Johnny Depp, Pamela Anderson, Tilda Swinton, Monica Bellucchi o Isabelle Huppert) como directores de prestigio (Mike Leigh, Tim Burton, Rodrigo Cortés o François Ozon). Y la asistencia, a pesar de los días de lluvia y viento, sigue aumentando: más de 160.000 espectadores y más de 5.000 personas acreditadas.

 
El capitán Sparrow presentaba una película que no convenció a la crítíca: Modi, Three Days on the Wing of Madness, sobre la figura del pintor italiano Modigliani en París

 
 

Palmarés

 
He de confesarles que no había visto nada de Albert Serra. Iba con cierto temor. Y más al saber que, como me dijo un periodista de medio importante, él se había comido muchos truños del catalán, un tío valorado y hasta idolatrado en Francia con películas como Pacifiction (varios César), punto de inflexión en su carrera. Ya saben que los franceses les gusta elevar a los altares a los artistas, sobre todo si son de este lado de los Pirineos (forma de darnos por culo a los incultos).
 
 
 
Albert Serra se toma un Vichy Catalán después de recibir buenas críticas por Tardes de soledad (Concha de Oro 2024)


 
Desde que se proyectó el pasado lunes en el teatro Victoria Eugenia a las 8.30 para el pase de prensa, hubo un runrún de haber asistido a algo meritoriamente distinto y único: Tardes de soledad era un duelo en Ok Corral, pero sin la dramaturgia del western, un Gary Cooper solo ante el peligro, armado con una capa taurina y una espada frente a la muerte empitonada vestida de luto. Porque entiendes que ese duelo acabará en luto para uno o para otro. Habitualmente sabes cómo acaba el combate -como las películas de Hollywood hasta los 60-, pero no siempre está ahí la suerte del lado del torero, no siempre le sonríe. 

 
Cuenta el director, Albert Serra, que el proyecto se lo ofrecieron hace años un amigo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, que tenía un máster documental pero no tenía un tema para realizarlo. Ni ganas de hacerlo. Pasaron años y, al final, escogió un tema extremo, el taurino, que era lo único que le estimulaba. Serra profesa admiración (!) por directores chinos y rusos que tocan temas serios. Y el toreo es un asunto serio... más en los tiempos animalistas en que vivimos, en que ponemos ropita a las mascotas y las llamamos perrihijos, tortuhijas o gatinueras. Él quería acercarse de manera pura, inocente, aún sabiendo que sería algo controvertido.


Casting en un documental taurino

 
Necesitamos protagonista, humano. Pues de los otros, los astados, no se les pregunta ni se les hace firmar un documento de colaboración para un documental. La mirada de unos toros (negro azabache, mulato o zaíno, no recuerdo bien) al inicio del documental a cámara nos interpela. "No quiero participar en esto", parece decirnos. El ganadero se enfada y les dice que no les va a mantener todo este tiempo sin currar, que ya vale de vivir a cuenta ajena en la dehesa. Y los apuntan. 

Pero los humanos son más suyos, salvo los matadores Roca Rey y Paco Aguado, que se ofrecieron generosamente. Hubo alguno más. La idea era ofrecer el arte taurino entre tres figuras de la fiesta. Al final se centraron en el que más interesó desde la obra documental: el peruano Andrés Roca Rey, con un magnetismo y compromiso admirable. Y la cuadrilla que le acompaña es la que es. Ahí no hubo casting. Y a Albert Serra le sonrió la suerte, porque como bien dice él mismo, "la suerte sonríe a los audaces" y algunos integrantes de la cuadrilla de Roca Rey, por ejemplo el sevillano Antonio Chacón, tienen frases elogiosas poéticas, exageradas ("la vida no vale nada") y humorísticas, que ponen contrapunto a la seriedad de lo que vemos.


Rodaje

 
La fascinación del documental consiste en buscar, buscar con la cámara cosas que se ven y olvidarse de los aprioris. Esta es la esencia del documental, que ahora se puede hacer porque lo digital y su producción no es tan caro como era el celuloide. El autor bañolense rueda con tres cámaras o en ocasiones con más, nunca mira el visor y apenas da indicaciones a sus cámaras, "fue un proceso de aprendizaje, de descubrir aspectos" como las conversaciones de la cuadrilla tras las faenas o previas a ellas, que le sirvieron durante el montaje para darse cuenta de que podían servir para estructurar el documental.
 
Rodar toros es muy difícil porque se mueven, todo es imprevisible, los operadores de cámara tenían que entender cómo podían filmar técnicamente y saber qué era lo interesante, buscarlo. Fue un proceso azaroso, largo, complicado, cada plaza de toros era un mundo para filmar. Además, una corrida puede resultar brillante o muy aburrida o la suerte de tener cogidas o no. Una obra que se ha ido creando en la sala de montaje con las imágenes rodadas. En principio querían filmar en una única plaza donde no se había filmado anteriormente con un montón de cámaras. Al final, ha sido un recorrido por muchas plazas de toros pero se quedaron con las más relevantes, por el tamaño del toro y la importancia de la faena: Vista Alegre (Bilbao), La Maestranza (Sevilla) y Las Ventas (Madrid).
 
 
Javier Bardem recibió el sábado 21 de septiembre el premio Donostia, que no pudo recoger el año pasado

 

El arte por el arte

 
Las fascinación de Tardes de soledad es haber sabido captar planos que, con los ojos humanos, no pueden verse porque estás lejos, no tienes la concentración necesaria, u otra razón. Serra nos sumerge en una atmósfera y desde una perspectiva nunca vista, como si tuviera algo de mágico, burlesco, admirativo y cruel a la vez. La realidad y lo extrañamente antropológico de lo que acontece se enfrentan como el toreo y el macho bovino.
 
¿Cuál es el mérito artístico de este documental? La mirada y el sonido (gracias a los micrófonos inalámbricos de 5 horas de duración). Por un lado, un intento de mostrar algo distinto, único hasta la fecha e inmersivo. Y mira que es difícil por cuanto Canal + ha ofrecido cientos de corridas durante años y años. Y, por otro, que tanto taurinos como antitaurinos  pueden verla desde su burladero mental.  
 
Serra en su documental elide al público, lo folklórico y lo sociológico, que ya estaba visto otras veces. Tan sólo dejar ver la arena, los picaderos, burladeros y, como mucho, el callejón, la furgoneta donde va con Roca Rey la cuadrilla, hoteles, donde se viste Andrés Roca (fascinante esa manera de vestirse que parece una señorita apunto del sacrificio ritual). Y una mujer, sólo una, que llega a hacerse una foto con él... por admiración.
 
Recuerdo la anécdota que tuve al salir de la sesión con un compañero. Él juraba y perjuraba que Tardes de soledad era una brutal denuncia contra lo taurino, donde el director nos mostraba la crueldad del hombre martirizando a un animal, rodando las lágrimas del tauro boqueando su último aliento de vida. Yo, por contra, no era partidario de esta visión con anteojeras y le aseguré que iría a la rueda de prensa para escuchar las palabras del director, en la creencia de que sí había cierta visión admirativa, no exenta de los momentos de crueldad que existe en la tauromaquia. La música con tono fúnebre del final del documental, al acabar la faena, parecía corroborar la opinión de mi compañero. Pero no lo veía yo nada claro. En la rueda de prensa, Conchita Casanovas de RNE pregunta a Albert Serra sobre su posicionamiento de la tauromaquia según lo visto en el documental y su respuesta fue:
"No, sí que se posiciona (el documental) un poco, en el sentido de que, digamos, se nota un cierto aprecio por la tauromaquia. Esto es indiscutible, pero al mismo tiempo la honestidad del relato hace que todos los elementos visualmente más interesantes estén con toda su expresividad y viveza, con algo de humor e ironía. Hay cierta fascinación por el tema y, bueno, un cierto aprecio incluso por el protagonista principal por su compromiso, pero, al mismo tiempo, no se renuncia a hacer una película de arte en sí misma y que tiene que tener esos elementos propios que no están al servicio ni de una causa ni de nada. Están al servicio del cine".

 

Resto de premios del palmarés

 

 La Concha de Plata a la mejor dirección ha ido a parar ex aequo a dos debutantes: Laura Carreira y Pedro Martín Calero por sus respectivos trabajos en On Falling  y El llanto. Loable es que empujen las carreras incipientes de directores, pero si Carreira muestra cierta solvencia en describir el desmoronamiento de una joven portuguesa que curra en una especie de Amazon en Escocia, lo del Martín Calero me parece más cuestionable. Y la idea de esta historia de terror (la presencia de una figura extraña y fantasmal en la vida de varias mujeres en lugares y tiempos distintos con un denominador común: violencia de género) pesa más, sospecho, que las cualidades del realizador vallisoletano.

 

Patricia López Arnaiz, ganadora a mejor actriz protagonista por Los destellos

 

 

La tercera obra de Pilar Palomero, Los destellos, se llevó la Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista. Patricia López Arnaiz cumple de sobra en un papel que le va como anillo al dedo. Tenía este año fuertes rivales: Noémie Merlant (Emmanuelle), Mariane Jean-Baptiste (Mi única familia) o Joana Santos (On Falling). Tal vez sepa a poco este premio, pues era una de las historias que más habían convencido. Isabel debe afrontar el cuidado de su exmarido, del que se separó hace ya quince años, por petición de su hija común. Un viaje doloroso pero lleno de ternura y sanación a la vez y que servirá para el crecimiento de madre e hija.

Los dos premios que se llevó Cuando cae el otoño de François Ozon me parece a todas luces excesivos. Nada que decir a la mejor interpretación de reparto para Pierre Lottin que hace de hijo de una amiga de la  protagonista, Michelle, una abuela que vive una jubilación tranquila en un pueblecito de Borgoña. Sin embargo, el Premio del Jurado al de mejor guion a Ozon y Philippe Piazzo me parece que no está a la altura. Ozon ya ganó este premio, junto a la Concha de Oro por En la casa en 2012. Más se lo merecía, por ejemplo, Cónclave de Edward Berger, un absorbente thriller sobre la elección de un nuevo papa con un final sorprendente. Berger ya se lo temía y tan sólo vino él a promocionarla. No pasa nada, recaudará mucho más que el conjunto de muchas de las que han participado en la sección oficial.

Nada puedo decir al galardón a la mejor fotografía a Bound in Heaven, la película china y ópera prima de Huo Xin, pues no pude verla. En opinión de muchos, una obra notable y conmovedora sobre un enfermo terminal y una mujer atrapada por la violencia, historia de un amor que sobrevive a los estragos de la muerte y un fugaz destello de vida entre sus sombras.

El Premio Especial del Jurado, el segundo en importancia, recayó en la norteamericana The Last Showgirl dirigida por Gia Coppola, que se pudo ver el último día del festival. Un tanto extraño esta elección, pues reconocía el trabajo de su elenco de actrices y actores -entre quienes figuran Pamela Anderson, Kiernan Shipka, Brenda Song o Jamie Lee Curtis- "por su alta calidad interpretativa, repleta de verdad y de matices, que con gran sutileza y contención acerca a los sentimientos de un grupo de personas que debe enfrentarse a un oficio que se pierde, a un mundo que se acaba", indicaba el acta. 



On Falling de Laura Carreira, ganadora del premio mejor directora, fue una de las películas destacadas del certamen



Otros premios oficiales

Tan sólo queda destacar que el Premio Nuevos Directores fue a parar a Bagger Drama (Suiza), segunda película de Piet Baumgartner. El Premio Horizontes fue para El jockey, filme de Luis Ortega con el que competirá Argentina en los Oscar y que participó en la última Mostra de Venecia, mientas que el Premio Zabaltegi-Tabakalera recayó en otro título programado también en Venecia, April, segundo largometraje de Dea Kulumbegashvili, cuyo debut Beginning (2020) ganó la Concha de Oro.



Festival pasado por agua pero con glamour.



 

 





sábado, 28 de septiembre de 2024

Crónica del Zinemaldia 2024 (a.m.)

 Crónica de una sobredosis de 34 películas en el Festival de Cine de San Sebastián


Me animo a hacer una crónica antes de saber el palmarés oficial que la directora Jaione Camborda y sus acompañantes estimarán oportuno anunciar esta tarde del sábado en el Kursaal. Hago esta reseña agotado y enfermo, no sé si fruto de la sucesión de dosis de doctrina moral imperante en esta época o porque alguien me ha pegado el mal de 2020. Y digo esto último pues la pizza de la marca Buitoni fornoi di pietra 4 formaggi (cuatro quesos) y el vino Borsao selección 2022 no me están sabiendo -literalmente- a nada. Pero tampoco me han sabido a nada la comida y los pinchos que me he comido en ese santuario gastronómico que es San Sebastián, tal vez por la pasta que cuestan y lo poco que me han gustado, por no hablar del servicio de hostelería.



Pedro Almodóvar recibe el premio Donostia en homenaje a su obra cinematográfica en esta 72ª edición


Les juro que a partir de ahora no volveré a levantar la mano a una mujer, no miraré con lascivia a nadie aunque vista una camiseta con la imagen del rostro de sir Alfred Hitchcock sobre sus pechos; procuraré escuchar "activamente" a mi esposa y contribuir a las labores de la fregona y de la taza del baño en un porcentaje mayor al 50% (Mi única familia); cuando ella me diga que le duele la cabeza, que no está segura de seguir con la relación, sabré que dice la verdad y me haré como Torrente unas "pajillas", y menos usaré mi poder político y mayor jerarquía para obligar a nadie a hacer lo que no quiere (Soy Nevenka); si una prostituta, después de follármela, no quiere darme un beso lo aceptaré porque eso es violación (Anora); la derecha es mala por definición y la izquierda cumple la misión celestial en la Tierra (Apocalypse in the tropics); no programaré ni exigiré a mi pareja el tener hijos, pues es mejor lo que surja, porque es mejor (manuales de autoayuda dixit) vivir el instante, y si luego ya la enfermedad o el reloj biológico lo impide pues ajo y agua (Vivir el momento); la Iglesia Católica deberá renovarse, evolucionar a partir de la transustanciación del sacerdote al ser proclamado papa (Cónclave); aunque uno crea que va a vivir eternamente, le hemos de recordar que ni la Seguridad Social ni el Estado estará ahí siempre, que mejor tomar la píldora -obtenida en la dark web- y buscarse una buena amiga que te acompañe en esos últimos momentos (La habitación de al lado); previamente, hay que tomar conciencia del envejecimiento de la población en Europa y saber que antaño uno moría entre los suyos y ahora se necesitan cuidados paliativos (El último suspiro) o tener la suerte de que tengas una hija que convenza a tu exmujer para que te acompañe en tu último aliento (Los destellos); pero si tienes la suerte de ser rica, famosa y necesitar la eterna juventud una vez llegada la cincuentena para seguir haciendo espectáculos televisivos y que no hagan zapping contigo, te interesa La sustancia, la solución definitiva; tened en cuenta que la mujer es un ser deseante, y si tiene problemas en ello, puede que la directora Audrey Diwan te lo explique mejor que yo, que soy un hombre, en Emmanuelle (aunque a María Guerra de la SER no le convenciese ni a la mayoría de la crítica profesional ni amateur tampoco, a saber por qué); que la dictadura, si es militar sobre todo y ante todo, es mala, malísima, que se lo digan a la protagonista y heroína que cursará carrera universitaria después de una tragedia familiar (asesinato de su marido en la dictadura brasileña) y funda una onegé para la memoria histórica (Aún estoy aquí); la maternidad y el trabajo fueron antagónicos (que se lo digan a la María Callas) pero ahora la sociedad es chupi guay y gracias a ello Monica Bellucci ha podido pedir excedencia de modelo y actriz de cine para trabajar en el teatro y ser buena madre de dos retoños (María Callas: Letters and Memoirs)...

Me podrán disculpar por esta incontinencia escrita separada tan solo de puntos y comas (;). Así ha sido la experiencia intensiva e inmersiva en el adoctrinamiento ante el Gran Hermano que se ha convertido esta edición 72 del Festival Internacional de San Sebastián. En estos momentos me viene a la memoria aquel personaje de La naranaja mecánica, Álex (Malcom McDdowell), el eterno rebelde juvenil de la cinematografía británica, y de sus acompañantes los drugos. Sólo él es condenado a catorce años de cárcel por homicidio voluntario. Asumiendo su culpabilidad, Álex se refugia en la lectura de la Biblia. Al cabo de un tiempo, Álex se presenta para un tratamiento de reinserción social mediante el experimento del método Ludovico, nueva terapia consistente en la visión ininterrumpida de películas ultraviolentas mientras se le suministra una dosis subcutánea de un fármaco. Pues bien, así me he sentido yo ante las pantallas del Victoria Eugenia, Teatro Principal, Kursaal o Trueba este año: ante el experimento Ludovico.




Por último, siempre hay fallos en el sistema informático del adoctrinamiento Ludovico. Y en esta edición, los antivirus no han podido detectar, ¡asombroso!, unas películas que han escapado al Gran Hermano. Vayan apuntado sus títulos pues algún día con más detenimiento les hablaré de ellas. Son Parthenope de Paolo Sorrentino, estética y reflexivamente profunda, la seminal Tardes de soledad de Albert Serrra, la de animación Memorias de un caracol del australiano Adam Elliot, Por todo lo alto de Emmanuel Courcol y, por último, la comedia de Rodrigo Cortés titulada Escape.

Y ahora, esperemos que Jaione Camborda y los demás repartan suerte. Les recuerdo que las últimas directoras que se han llevado el premio gordo desde 2020 han sido: Camborda (2023), Laura Mora Ortega (2022), Alina Grigore (2021) y Dea Kulumbegashvili (2020). ¿A que vieron sus películas con fruición y vivo interés? Pues eso.


On Falling de la directora portuguesa Laura Carreira tiene muchas papeletas de que se alce con algún premio importante esta noche en el Kursaal. 


Otra favorita es Los destellos de Pilar Palomero, cuya protagonista (Patricia López Arnaiz) tendrá que hacerse cargo de su exmarido gravemente enfermo





La obra que sobresale de todas las demás de la Sección Oficial y que debería llevarse la Concha de Oro es Tardes de soledad de Albert Serra. Su temática, sobre tauromaquia, es demasiado atrevida para los tiempos animalistas en que vivimos. No se atreverán a premiarla, ¿o sí? El premio Feroz Zinemaldia ya se lo han otorgado


lunes, 23 de septiembre de 2024

Fotos (I) Zinemaldia 2024

Las imágenes que mi pupila registra con la cámara del 72ª Zinemadia


En el Casco Viejo de Donostia abordamos a Patricia López Arnáiz, en el centro con blusa blanca, protagonista de "Los destellos" de Pilar Palomero, Concha de Plata a mejor interpretación


Mireia Oriol (izq.) y Iciar Bollain, actriz y directora de la película Soy Nevenka, a concurso en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2024






Albert Serra, director de la espléndida "Tardes de soledad"





El director alemán Edward Berger que ha presentado una entretenida y con magníficos actores encabezados por Ralph Fiennes pelicula titulada "Cónclave".




Habitual son los soportes publicitarios de RTVE en los extremos del puente de la Zurriola. En esta ocasión para Tardes de soledad, documental sobre el arte taurino con el torero peruano Andrés Roca Rey como vector del documental




La imagen  de este año 2024 al llegar para la acreditación de "prensa" en el Zinemaldia.




Homenaje al director ya fallecido Bigas Luna, con Javier Bardem, protagonista de Jamón, jamón (1992), y la hija del director Betty Luna en el Hotel María Cristina.



Sin comentarios: Zinemaldia 2024



Me gustan las puertas, porque no sabes qué te esperas tras ellas.
Cines Príncipe. Sala 9. Para ver "La luz que imaginamos" de Payal Kapadia




Los destellos de Pilar Palomero. Apuesta de RTVE para la Concha de Oro



Un ménage a trois en el Kursaal 1 antes de ver una película del Zinemaldia 2024




Me gusta sentir el Napalm por las mañanas y que en el Kursaal 1 me vitoreen tras ver un musical muy aburrido: The End de Joshua Oppenheimer


Todavía me maravilla que el papel siga resistiendo en el Zinemaldia. La importancia de la portada: Emilia Pérez, una de las protagonistas en la sección Perlas de otros festivales.


miércoles, 18 de septiembre de 2024

Cuenta atrás del Zinemaldia 2024

 Premios Donostia, estrellas, retrospectivas y música entre otros acontecimientos en el Festival de los festivales

 

Oficial
Cartel del Zinemaldia 2024 con Cate Blanchett de protagonista

 

 

 La llegada de la troupe

 

El que esto escribe se privará de cubrir la llegada de Javier Bardem, viernes, Cate Blanchett, sábado o la de Pedro Almodóvar, jueves 26, los tres Premios Donostia de este año, bueno el de Bardem es del año pasado, pues no lo pudo recoger el año pasado por la huelga de actores en Estados Unidos, y lo hace en la inauguración. ¿Por qué no lo haré? Porque uno ama más sus trabajos que las declaraciones que puedan hacer. Y en este mastodóntico y exuberante Festival hay que sacrificar, no sólo eventos sino proyecciones. Uno tiene una vida y debería multiplicarse en varias para poder degustar todo lo que se le ofrece en estos nueve días de eventos, tanto lo que alimenta como lo que provoca diarrea.

Es un consuelo saber que el director, Jose Luis Rebordinos, ha afirmado que el Festival está "con las costuras a punto de reventar, al límite de todo". Pues me alegro. Los que tengan unos añitos recordarán que en décadas pasadas, muy pasadas, la programación era más liviana y abarcadora. En otras palabras, estaba programada a escala humana, no a escala mátrix.

Además de los ya mencionados, al Hotel María Cristina vendrán Pamela Anderson (Los vigilantes de la playa), Mónica Bellucci, Jamie Campbell Bower, Andrew Garfield, Isabelle Huppert, Noémie Merlant, Ángela Molina, Franco Nero (que acompaña la restrospectiva del poliziesco italiano), Lupita Nyong’o, Charlotte Rampling, Will Sharpe, Tilda Swinton y Johnny Depp. 

Estos lucirán y "venderán" sus productos -a mí me gusta llamarlos filmes o películas-. No hay tiempo para escucharlos más que diez minutos en la sala de prensa del Kursaal 1 y volver a todo trapo a la sala que corresponda para ver la siguiente película escogida.

Pero si no fuera poco, también llegarán directores a los que amas o detestas por sus películas, siempre por ellas. No por lo que dicen de ellas, porque no hay tiempo.... apenas. Cineastas relevantes de la cinematografía contemporánea acompañarán sus últimas propuestas como Jacques Audiard, Sean Baker, Edward Berger, Leos Carax, Gia Coppola, Costa-Gavras, Audrey Diwan, Arnaud Desplechin, Mati Diop, Adam Elliot, Coralie Fargeat, Payal Kapadia, Dea Kulumbegashvili, Mike Leigh, Joshua Oppenheimer, François Ozon, Mohammad Rasoulof, Walter Salles, Jane Schoenbrun o mi adorado Paolo Sorrentino.

 Como ven tan sólo las comas hacen que uno pueda acabar la ristra de realizadores asistentes sin que sufras de cianosis. Y luego el idioma. Mi inoperancia en francés, inglés, turco o gaélico hace que me quede mirándolos, sin atrevemer a lanzarles un mensaje admirativo o una imprecación tras haber visto su propuesta cinematográfica.

 

 

Concierto con proyección en el Velódromo el sábado 21 de septiembre


 

Concierto en el Velódromo


Rebordinos y su equipo rellena el pellejo del certamen con múltiples secciones y eventos. Uno de los que me gustaría asistir y no podré: ‘Concierto & Proyección’ en el Velódromo el sábado 21 por la tarde. Euskadiko Orkestra, la Fundación SGAE y el Festival presentan el habitual concierto de música de cine en el Velódromo. Se trata de un espectáculo que combina la interpretación sinfónica de bandas sonoras con el montaje de escenas de películas. 

Este año reúne las adaptaciones de la música compuesta para diez películas. Los compositores elegidos para esta ocasión han sido: Alfonso de Villallonga en La librería, Joseba Beristain en Kantauri, Antón García Abril en El hombre y la Tierra, Xavier Font en Soy Nevenka, Alicia Morote en Emilia, Manel Gil-Inglada en D'Ortagnan eta hiru mosketxakurrak y Paul Olaz con una Suite obtenida de las siguientes películas: Alguien que cuide de mí, Verano en rojo, Calladita y Bajo terapia. Como en otros años, el concierto será acompañado por la proyección en pantalla de 400 metros cuadrados de escenas de las películas.



Tasio
Tasio (1984) de Montxo Armendariz será protagonista en la seccion Klasikoak



Klasikoak: Tasio, El piano, Sha Fu, Surcos... 

 

Otro acontecimiento que no podré cubrir, y que lamento mucho, es asistir a las proyecciones de la sección de Klasikoak. Este año está formado por la restauración de Tasio de Montxo Armendáriz, que inaugurará la sección el sábado 21 en el Teatro Victoria Eugenia. En su 72ª edición, 40 años después de su estreno en el Festival de San Sebastián, la película Tasio (Montxo Armendáriz, 1984), restaurada por la Filmoteca Vasca, inaugurará Klasikoak el sábado 21 en el Teatro Victoria Eugenia, tras haber sido seleccionada en los festivales de cine clásico más prestigiosos: Cannes Classics del Festival de Cannes, Cinema Ritrovato de Bolonia y el Festival Lumière de Lyon, donde se proyectará en octubre.

En colaboración con la Filmoteca de Catalunya, se recuperará Tatuaje, primera aventura de Pepe Carvalho (Bigas Luna, 1978), el primer largometraje del cineasta catalán, basado en la novela homónima de Manuel Vázquez Montalbán, que participó en el guion junto a Bigas Luna y Josep Ulloa. En esta película de intriga, que clausurará la sección, protagonizada por Carlos Ballesteros, Pilar Velázquez y Mónica Randall, el famoso detective Pepe Carvalho, nacido de la pluma de Vázquez Montalbán, investiga la muerte de un joven cuyo cadáver aparece en una playa barcelonesa con una frase tatuada en su brazo: “He nacido para revolucionar el infierno”. 

Asimismo, en colaboración con el Institut Lumière de Lyon, podrá verse la versión restaurada de El piano (1993) de Jane Campion, la icónica película de época de la realizadora neozelandesa que impactó en la taquilla y la crítica de los 90. El filme, que será presentado por el director del Institut Lumière, Thierry Frémaux, fue reconocido con la Palma de Oro del Festival de Cannes –la primera dirigida por una mujer– y tres Oscar (al mejor guion y a las interpretaciones de Holly Hunter y Anna Paquin). La directora cuenta la historia de una pianista muda que se traslada con su hija desde su Escocia natal a Nueva Zelanda, donde le aguarda un matrimonio concertado. 

También figura en la selección Matar al marido (Sha Fu, 1984) de Tseng Chuang-Hsiang, un clásico de la nueva ola de cine taiwanés de los 80. Tseng Chuang-Hsiang (Guandong, 1947) dirige la adaptación de la controvertida novela Matar al marido de la escritora y activista feminista Li Ang. Ambientada durante la ocupación japonesa de Taiwán e inspirada en un suceso real, denuncia la situación de una joven huérfana tras el suicidio de su madre, que es obligada por su familia a casarse con un carnicero. 

Otro clásico del cine español será programado en la sección en colaboración con Videomercury: Surcos (José Antonio Nieves Conde, 1951), “la primera película española con categoría internacional”, en palabras del historiador José María García Escudero. Nieves Conde ambienta la trama, adaptada por Gonzalo Torrente Ballester, el propio Nieves Conde, Eugenio Montes y Natividad Zaro, en el Madrid de finales de los años 40, donde una familia de emigrantes rurales –interpretada por Luis Peña, María Asquerino, Francisco Arenzana, Marisa de Leza y Ricardo Lucía–tratará de iniciar una nueva vida con la esperanza de mejorar.  

Por último, Klasikoak presentará Un rêve plus long que la nuit (1976), la segunda y última película de Niki de Saint Phalle. La pintora, escultora y cineasta francesa, que la protagoniza -también figura en el reparto su marido, el escultor suizo Jean Tinguely, a quien el cineasta de la retrospectiva del año pasado, Hiroshi Teshigara, dedicó un documental-, dirige una película con apariencia de cuento infantil, en la que una princesa experimenta el paso a la vida adulta atravesando el campo minado del patriarcado, en un contexto fantasmagórico y surrealista. 

Klasikoak ha programado en el último lustro películas como, entre otras,  El ángel rojo (1966) de Yasuzo Masumura; Principio y fin (1993), de Arturo Ripstein;  Nueve cartas a Berta / Nine Letters to Berta (1966), de Basilio Martín Patino; Sátántangó (1994), de Béla Tarr o ¡Lumière! Comienza la aventura (2016) de Thierry Frémaux, cuya proyección fue el punto de partida de este programa. 


Txepe
Elena Irureta, recibirá el Premio Zinemira

 

Cine vasco: Premio Zinemira, Premio EZAE y cosecha del 24


Otro apartado del que me privaré por no engordar y perder la salud por estrés es el correspondiente al cine vasco de este año. Un total de 20 títulos −15 largometrajes, tres series y dos cortometrajes− conforman la participación vasca de la 72ª edición del Festival, programada prácticamente en todos sus apartados.

Zinemira, la sección dedicada específicamente al cine vasco, contiene nueve propuestas, ocho de ellas estrenos mundiales y aspirantes, por tanto, al Premio Irizar al Cine Vasco, dotado con 20.000 euros para la productora o productoras de la película. Raúl de la Fuente (Pamplona, 1974) inaugurará la sección con la no ficción Los Williams / The Williams, en torno a los dos hermanos jugadores del Athletic Club de Bilbao y su historia familiar. 

Otras obras reseñables son Chaplin, debut en el largometraje de la actriz Carmen Chaplin, que clausurará la sección. La familia de Charlie Chaplin se embarca en un revelador viaje por la herencia gitana que inspiró la creación de su tristemente célebre y querido personaje del vagabundo.

Arantxa Aguirre (Madrid, 1965), autora de premiados documentales como Dancing Beethoven (2016), dirige Ciento volando, una no ficción narrada por la actriz Jone Laspiur acerca de la obra del escultor donostiarra Eduardo Chillida, de cuyo nacimiento se cumplen 100 años en 2024.

Erreplika / Replica (Réplica) es el segundo largometraje, el primero en solitario, de Pello Gutiérrez (San Sebastián, 1979), que reflexiona, a partir de la desaparición de una talla de la Virgen de Zikuñaga del siglo XIII y de la muerte de su padre, el cineasta Juanmi Gutiérrez, sobre las ausencias y la manera en la que creamos imágenes para, tal vez, llenar esos huecos.

Mención especial merece la actriz Elena Irureta que, a sus 69 años, le ha llegado el reconocimiento en forma de Premio Zinemira, que otorga el Festival y los productores vascos a la trayectoria de una personalidad, programa o institución destacada del cine vasco. Irureta, con una amplísima carrera en películas como La ardilla roja, La madre muerta o Te doy mis ojos, se doctoró cum laude con su papel de Bittori en la serie Patria, creada por Aitor Gabilondo, donde volvió a coincidir con su compañera en Bi eta bat, Ane Gabarain, y le granjeó el Premio Platino, el José María Forque y el Feroz.

Y, por último, reseñar que Irati de Paul Urkijo recogerá el X Premio EZAE en la gran gala del cine vasco como película vasca más taquillera de 2023. El acto de entrega del Premio EZAE, que cumple su décima edición, tendrá lugar el próximo 24 de septiembre en el marco de la gran gala del cine vasco, en el teatro Victoria Eugenia. Los datos de taquilla de las salas de cine vascas en lo que va de 2024, en comparación con el año anterior, revelan una preocupante pérdida del 15% en el número de espectadores y de un 9% en la recaudación. 

 

 El jurado: preside la ganadora del año pasado.


 A group portrait of the official jury for the 72nd San Sebastián International Film Festival, featuring five members and their names.

 

El jurado de la Sección Oficial de la 72ª edición del Festival de San Sebastián estará presidido por la ganadora de la Concha de Oro de la pasada edición, la primera cineasta española en conseguirlo, la directora donostiarra Jaione Camborda. La autora de O Corno estará acompañada en las deliberaciones por la escritora y periodista argentina Leila Guerriero, que ha publicado este año el libro La llamada; el actor Fran Kranz, quien en su primera incursión en la dirección, Mass, ganó el Premio de la Juventud en San Sebastián en 2021; el director griego Christos Nikou, que ha dirigido Esto te va a doler, que compitió el año pasado en la Sección Oficial y fue reconocida con el Premio FIPRESCI; el cineasta austríaco Ulrich Seidl, premiado en festivales como Berlín y Venecia, que presentó Sparta en la Sección Oficial en 2022, y la productora francesa Carole Scotta, que ha apoyado películas como La clase de Laurent Cantet o La nuit du 12 de Dóminik Moll.

Espero y deseo que no coman mucho y menos empinen el codo durante estos nueve días en la Concha. Tal vez dé mucha importancia al palmarés pero hay años en que mejor no lo hubiera habido. 

Agradecer a Rebordinos sus declaraciones en otros años en contra de la censura de estos tiempos. En concreto a la defensa de Jonny Depp, que regresa a San Sebastián agradecido por el apoyo de aquel en los tiempos en que el Me too iba contra él jaleando a la que fuera su ex mujer Amber Heard en un juicio acusado de maltratador. El que traiga su segunda película como director, Modi, es una manera de agradecérselo. Si es tan buena como la que produjo y se vio por estos pagos, Crock of Gold: Bebiendo con Shane MacGowan, ya me doy por satisfecho.

Otro caso es el de la presencia de Ulrich Seidl que decidió no venir para presentar su película el año pasado, Sparta, por el escándalo y presiones contra él y su película cuando nadie la había visto. Rebordinos a menudo se me aparece como el sheriff Will Kane (Gary Cooper) en Sólo ante el peligro (1952). Eran otros tiempos, la de la caza brujas. Ahora estamos en la caza de brujos. 



© SSIFF - Foto: Pablo Gómez

 

domingo, 1 de septiembre de 2024

«Rosebud»

Acuérdense de esta fecha: 1 de mayo de 1941

Fecha en la se estrenó en Nueva York una de las obras cumbre de la Historia del Cine: «Ciudadano Kane»  




El día 10 de agosto de cada año se celebra en Astrabudua la fiesta en honor a San Lorenzo de Roma. De hecho, la Parroquia, sita en la calle Consulado de Bilbao, toma su nombre de dicho Santo. Es bien conocido que Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera, mejor dicho, en una parrilla. Lo es menos que fue encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor se le considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, así como el patrón de los bibliotecarios.

Curiosamente no sería hasta 1992 que Astrabudua  dispusiera de centro cultural y, dentro de él, una biblioteca. Eran tiempos del alcalde Gotzon Fano, del PNV. El sábado 30 de octubre de ese año, el Alcalde inauguró la nueva plaza Josu Murueta con su Casa de Cultura, pero no todo fue alegría. «El acto congregó a más de mil personas, entre profesionales autónomos, que se quejaban del fuerte aumento del impuesto de actividades económicas, y residentes disconformes con la celebración. La protesta derivó en un enfrentamiento entre los manifestantes y policías locales, que emplearon sus porras». Así lo describía un periodista testigo de aquel día en El Correo.

Tanto tiempo esperando que la Cultura entrase en mi barrio y, cuando lo hace, es con el uso de las porras.

Pero volvamos a lo que me interesa. Anualmente, el 10 de agosto la cuadrilla suele reunirse para comer, beber y lo que se tercie. Este año no he ido; mejor dicho, no me han invitado. Eso por decirlo suavemente. ¿Y cuál ha sido el motivo? Veamos cómo lo explico.

 El día de autos me acerqué al bar Stop por la noche. Había mucho jolgorio, pero no me encontraba de humor. Fui porque mi amigo Rafael había insistido en vernos. Allí estaba él, atornillado a la barra mientras veía bailar y cantar a la juventud y a gente más talludita sentada, bebiendo y charlando animosamente. 

  —¿Cómo estás, tío? Pensé que no ibas a venir —me pregunta al verme cara de circunstancias.

 —Estoy muy decepcionado con todo esto de la comida. Noté desde el mes pasado que algo se fraguaba en mi contra porque el WhatsApp de la cuadrilla dejó de haber flujo de mensajes. Como ya te conté el día del paseo, alguien preguntó por la comida de San Lorenzo. Y Gusa contestó que ya mandaría mensaje. Pero no hubo respuesta. Y me temí algo: un complot para rehuirme.

 —¿Cuál fue el motivo? —inquiere, mientras que pide para mí una cerveza tostada a Cecilia, la dueña del local.

—Un artículo donde no salía bien parado el Rubius en la descripción que hacía de él. —Y le muestro el texto fruto de la polémica:

Enlace del artículo

—Lo que no veo bien es que te hayan excluido de la comida. Me parece una cobardía.

—Me llamó Eugenio para "avisarme" de que podría disgustarle al Rubius el texto. 

—¿Y qué le dijiste? —quiso saber Rafael al tiempo que apuraba su gin-tonic y pedía otro.

—Que el Rubius era un personaje. Y que no iba a cambiar nada, pues no hablaba de nadie real de la cuadrilla. Que me había inspirado en la realidad para ficcionar mi artículo.

Cecilia coloca otra copa de balón mientras con su mirada me saluda. Echa cubitos de hielo industriales y grandes, siempre cinco, ni uno más ni uno menos.  Luego coge la botella de ginebra Tanqueray y eleva la mano a cierta altura, consigue que permita oxigenarse y liberar sus aromas mientras rueda por los hielos.

 —¿Y? —continuó inquiriendo Rafael, contemplando el proceso de elaboración de su gin-tonic.

 —Que yo mismo. Una especie de "atente a las consecuencias".

—Eugenio, siempre el Salvador del mundo y de las causas perdidas.

Cecilia había aprendido la receta en un recorte del ABC que le trajo hace tiempo un parroquiano. En el Stop lo habitual era El Correo, Deia y Gara. Ahora tocaba echar la tónica: inclina la copa de balón y vierte la tónica para que las burbujas no se pierdan.

—Hemos llegado al diez de agosto y nadie me ha avisado. Y en el grupo del WhatsApp un silencio atronador.

— ¡Vaya amigos que tienes!

—Sí, parece que nadie me ha echado de menos esta mañana. 

—Más bien de más —y se carcajea.

—¿Recuerdas Ciudadano Kane?

—¿La película de Orson Welles?

—Sí.

—Vagamente, la vería hace mogollón de años.

—Narra la historia de Charles Foster Kane, un multimillonario fallecido en su mansión de Florida llamada Xanadú. Magnate del periodismo, propietario de periódicos, revistas y de una emisora de radio. Se casó y divorció dos veces y aspiró a la presidencia de la nación, pero falló por causa de un escándalo.

—¿Qué me quieres decir con Kane?

—Pues que Kane no existió. Fue un personaje de ficción. 

—Como el Rubius.

—Como el Rubius. Pero...

Cecilia me mira como esperando a ver cómo concluye la historia. Coge del cubilete una rodaja de limón y la coloca dentro del vaso. Si el Stop no estuviera repleto de clientes, con la piel del mismo habría aromatizado el borde de la copa antes de servir el alcohol. Pero tiene prisa y no lo hace. Y curiosidad.

 —Pero detrás del personaje Kane había una persona real: William Randoph Hearst.

 —¿Quién era?

—Hearts era un plutócrata...

—¿Un qué? —interviene Cecilia acercándole el gin-tonic a Rafael.

—Un tío rico que ejercía su influencia en el Gobierno americano, ya que disponía de una cadena de periódicos. Y claro, cuando supo del estreno de Ciudadano Kane, movió hilos contra ella.

Rafael da un trago a la copa y, tras saborear la mezcla de Tanqueray y Schweppes, pregunta:

—Pero ¿por qué se mosqueó Hearts? ¿Qué había en la película para molestarle?

—El 3 de enero de 1941 un grupo selecto de amigos vio la copia terminada de Ciudadano Kane, que la R.K.O. pensaba estrenar en febrero. Hasta entonces no se había hablado de la relación de la película con Hearst. Welles comete el error de invitar a la proyección a Hedda Hopper, venenosa chismosa de Hollywood pero se olvidó de una peor, Louella Parsons, que era corresponsal de la cadena de Hearst. 

—¿Te preparo otro gin-tonic mientras terminas la historia? —pregunta Cecila. Asiento con la cabeza y prosigo:

—Louella vio la película unos días después y salió como una furia antes de concluir la proyección. Hearts amenazó a la R.K.O., la productora, con un pleito si la película se estrenaba.

 —¿Y qué hizo Welles, el director? —interroga Rafael.

—Suprime de la película 3 minutos de referencias potencialmente ofensivas y se prepara un estreno de gran gala.

—Ya. Sigo sin entender qué había en la película para esta ofensiva de ese magnate llamado Hearst. ¿Por qué arremetió contra una película que tan sólo se  inspiraba en él para crear un personaje de ficción?

—En el arranque del filme, Kane pronuncia en su expiración una palabra: «Rosebud».

Cecilia se me queda mirando antes de verter la tónica para mi gin-tonic. Rafael me mira sin entender qué acabo de pronunciar.

—Antes de morir, el director de la película Welles reveló a su biógrafa que el presunto secreto de «Rosebud» no sería otra cosa que el apelativo cariñoso con que Hearst designaba las partes íntimas de su amante, la actriz Marion Davies.

—Ya, como llamar domingas a las tetas de una —precisó Cecilia.

Rafael se rio a carcajadas mientras que yo tan sólo lograba esbozar un rictus. Cecilia agarró un periódico para espantar una mosca que revoloteaba alrededor de la copa mía con la mala suerte de que la golpeó y se fue al suelo. De su boca salió un grito, mientras dejaba caer el Gara en la barra, periódico con el que había intentado espantar la mosca. Yo proseguía mi argumentación, mientras ella se afanaba en limpiar los restos de cristal.

—El otro día vi Carta a tres esposas de Joseph Leo Mankiewicz. ¿Sabes cómo arranca?

—¿Cómo? —pregunta mi amigo.

—Una voz en off comenta: «Para empezar todos los incidentes y personajes de esta historia son ficticios. Y cualquier semejanza con usted y conmigo será una simple coincidencia. El nombre de la ciudad no es un dato importante. Es una de las muchas que se encuentran a 28 minutos de la capital del Estado».

Rafael se me queda mirando como no entendiendo la argumentación.

—Pues que toda ficción es una arquitectura levantada por la fantasía y la artesanía sobre ciertos hechos, personas, circunstancias, que marcan la memoria de un escritor, o de un bloguero en mi caso. A veces en ese mundo es difícil reconocer material autobiográfico y en otras ocasiones es más claro el nexo de toda ficción con su anverso y antípoda: la realidad real. 

—Ya, el Rubius es ficción pero tiene algo de nuestro amigo de la cuadrilla. Como Kane era ficción pero tenía aspectos de Hearst, aunque en ambos no salieran bien parados.

Le sonrío y levanto la copa que Cecilia me ha preparado rápidamente. Observo que la mosca vuela hacia la luz del exterior. Sale con vida del intento de garrotazo con el Gara que quiso propinarle Cecilia. Fuera del bar Stop, se alcanza a escuchar a Kamikaze, que toca música tributo al grupo Amaral.

 —Pudiera entender el mosqueo de la peña, pero que te hayan hecho el vacío y ni Dios te haya dicho nada para la comida de San Lorenzo me parece una cobardía. Si me topo con alguno de ellos, me van a oír. Vamos a ver si los encontramos.

Y salimos del bar Stop. Tal vez, por fin, la realidad y la ficción se topen y se confronten. Espero que no haya sangre. Suelo de común ser pacífico y la cuadrilla también. Y no sé por qué me acuerdo de que hoy es 10 de agosto, día de San Lorenzo, que acabó en la parrilla. ¿Como yo con la cuadrilla?


 

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