Visitas de las páginas en total

sábado, 28 de septiembre de 2024

Crónica del Zinemaldia 2024 (a.m.)

 Crónica de una sobredosis de 34 películas en el Festival de Cine de San Sebastián


Me animo a hacer una crónica antes de saber el palmarés oficial que la directora Jaione Camborda y sus acompañantes estimarán oportuno anunciar esta tarde del sábado en el Kursaal. Hago esta reseña agotado y enfermo, no sé si fruto de la sucesión de dosis de doctrina moral imperante en esta época o porque alguien me ha pegado el mal de 2020. Y digo esto último pues la pizza de la marca Buitoni fornoi di pietra 4 formaggi (cuatro quesos) y el vino Borsao selección 2022 no me están sabiendo -literalmente- a nada. Pero tampoco me han sabido a nada la comida y los pinchos que me he comido en ese santuario gastronómico que es San Sebastián, tal vez por la pasta que cuestan y lo poco que me han gustado, por no hablar del servicio de hostelería.



Pedro Almodóvar recibe el premio Donostia en homenaje a su obra cinematográfica en esta 72ª edición


Les juro que a partir de ahora no volveré a levantar la mano a una mujer, no miraré con lascivia a nadie aunque vista una camiseta con la imagen del rostro de sir Alfred Hitchcock sobre sus pechos; procuraré escuchar "activamente" a mi esposa y contribuir a las labores de la fregona y de la taza del baño en un porcentaje mayor al 50% (Mi única familia); cuando ella me diga que le duele la cabeza, que no está segura de seguir con la relación, sabré que dice la verdad y me haré como Torrente unas "pajillas", y menos usaré mi poder político y mayor jerarquía para obligar a nadie a hacer lo que no quiere (Soy Nevenka); si una prostituta, después de follármela, no quiere darme un beso lo aceptaré porque eso es violación (Anora); la derecha es mala por definición y la izquierda cumple la misión celestial en la Tierra (Apocalypse in the tropics); no programaré ni exigiré a mi pareja el tener hijos, pues es mejor lo que surja, porque es mejor (manuales de autoayuda dixit) vivir el instante, y si luego ya la enfermedad o el reloj biológico lo impide pues ajo y agua (Vivir el momento); la Iglesia Católica deberá renovarse, evolucionar a partir de la transustanciación del sacerdote al ser proclamado papa (Cónclave); aunque uno crea que va a vivir eternamente, le hemos de recordar que ni la Seguridad Social ni el Estado estará ahí siempre, que mejor tomar la píldora -obtenida en la dark web- y buscarse una buena amiga que te acompañe en esos últimos momentos (La habitación de al lado); previamente, hay que tomar conciencia del envejecimiento de la población en Europa y saber que antaño uno moría entre los suyos y ahora se necesitan cuidados paliativos (El último suspiro) o tener la suerte de que tengas una hija que convenza a tu exmujer para que te acompañe en tu último aliento (Los destellos); pero si tienes la suerte de ser rica, famosa y necesitar la eterna juventud una vez llegada la cincuentena para seguir haciendo espectáculos televisivos y que no hagan zapping contigo, te interesa La sustancia, la solución definitiva; tened en cuenta que la mujer es un ser deseante, y si tiene problemas en ello, puede que la directora Audrey Diwan te lo explique mejor que yo, que soy un hombre, en Emmanuelle (aunque a María Guerra de la SER no le convenciese ni a la mayoría de la crítica profesional ni amateur tampoco, a saber por qué); que la dictadura, si es militar sobre todo y ante todo, es mala, malísima, que se lo digan a la protagonista y heroína que cursará carrera universitaria después de una tragedia familiar (asesinato de su marido en la dictadura brasileña) y funda una onegé para la memoria histórica (Aún estoy aquí); la maternidad y el trabajo fueron antagónicos (que se lo digan a la María Callas) pero ahora la sociedad es chupi guay y gracias a ello Monica Bellucci ha podido pedir excedencia de modelo y actriz de cine para trabajar en el teatro y ser buena madre de dos retoños (María Callas: Letters and Memoirs)...

Me podrán disculpar por esta incontinencia escrita separada tan solo de puntos y comas (;). Así ha sido la experiencia intensiva e inmersiva en el adoctrinamiento ante el Gran Hermano que se ha convertido esta edición 72 del Festival Internacional de San Sebastián. En estos momentos me viene a la memoria aquel personaje de La naranaja mecánica, Álex (Malcom McDdowell), el eterno rebelde juvenil de la cinematografía británica, y de sus acompañantes los drugos. Sólo él es condenado a catorce años de cárcel por homicidio voluntario. Asumiendo su culpabilidad, Álex se refugia en la lectura de la Biblia. Al cabo de un tiempo, Álex se presenta para un tratamiento de reinserción social mediante el experimento del método Ludovico, nueva terapia consistente en la visión ininterrumpida de películas ultraviolentas mientras se le suministra una dosis subcutánea de un fármaco. Pues bien, así me he sentido yo ante las pantallas del Victoria Eugenia, Teatro Principal, Kursaal o Trueba este año: ante el experimento Ludovico.




Por último, siempre hay fallos en el sistema informático del adoctrinamiento Ludovico. Y en esta edición, los antivirus no han podido detectar, ¡asombroso!, unas películas que han escapado al Gran Hermano. Vayan apuntado sus títulos pues algún día con más detenimiento les hablaré de ellas. Son Parthenope de Paolo Sorrentino, estética y reflexivamente profunda, la seminal Tardes de soledad de Albert Serrra, la de animación Memorias de un caracol del australiano Adam Elliot, Por todo lo alto de Emmanuel Courcol y, por último, la comedia de Rodrigo Cortés titulada Escape.

Y ahora, esperemos que Jaione Camborda y los demás repartan suerte. Les recuerdo que las últimas directoras que se han llevado el premio gordo desde 2020 han sido: Camborda (2023), Laura Mora Ortega (2022), Alina Grigore (2021) y Dea Kulumbegashvili (2020). ¿A que vieron sus películas con fruición y vivo interés? Pues eso.


On Falling de la directora portuguesa Laura Carreira tiene muchas papeletas de que se alce con algún premio importante esta noche en el Kursaal. 


Otra favorita es Los destellos de Pilar Palomero, cuya protagonista (Patricia López Arnaiz) tendrá que hacerse cargo de su exmarido gravemente enfermo





La obra que sobresale de todas las demás de la Sección Oficial y que debería llevarse la Concha de Oro es Tardes de soledad de Albert Serra. Su temática, sobre tauromaquia, es demasiado atrevida para los tiempos animalistas en que vivimos. No se atreverán a premiarla, ¿o sí? El premio Feroz Zinemaldia ya se lo han otorgado


2 comentarios:

  1. Puede que hayas pillado algo y te esté afectando al paladar pero que no te afecte nunca a tu vista y nos sigas mandando y deleitando con tus artículos. Me ha gustado muchisimo😘

    ResponderEliminar
  2. Pues tienes buen ojo txabalin.Tardes de soledad.
    Y algún día tomaremos unos buenos pintxos en algún sitio que nos ofrezcan una bonita sonrisa.Aunque no sea Donosti

    ResponderEliminar

Indique su opinión

ÚLTIMO ARTÍCULO PUBLICADO:

FANT 2025: Palmarés

  La película finlandesa "La muerte es un problema para los vivos" se alza como ganadora del FANT 2025   La película ganadora del ...

ARTÍCULOS MÁS LEÍDOS