El menú oficial del 72º Festival de San Sebastián está casi servido, lo que provocará diarrea, vómitos y cortes de digestión entre el público
El pasado martes 16 la organización presentó las 12 películas que, junto a las ya conocidas 4 españolas, conformarán la Sección Oficial competitiva. Destacan por nombre las obras de François Ozon, Costa-Gabras, Mike Leigh o Maite Alberdi
No nos engañemos, cada año que pasa pierdo más interés en lo que puede ofrecerme la sección oficial. La mayoría será como esa comida «fast food» artística, que no alimenta ni el cuerpo ni el alma y, encima, daña la salud del gusto cinéfilo; alguna que otra satisfacción, que no compensará la cantidad de omeprazol tomada, y algún plato combinado que te dará corte de digestión. Por eso, últimamente me mantengo a dieta de lo que ofrece el Kursaal 1, sede del oficialismo: esa cosecha anual que no se ha visto en ningún certamen anterior y que, ¡oh!, será estreno mundial. ¡Como si al espectador de La Concha le importara ese detalle!
La carta de degustación para los días 20 al 28 de septiembre tiene nombres de directores, los cuales algunos ya conoces, otros que no les conocen ni en su casa aunque hayan rodado maravillosas y excelsas obras, y luego están los debutantes: dos directoras, la china Xin Huo con Bound in Heaven (2024), y la lusa Laura Carreira que presenta On Falling (2024). Hay que conseguir la paridad cueste lo que cueste. No espero nada de ellas, ojalá me equivoque.
En cuanto a países, pues lo de siempre: mayoría de cine español (4 filmes, que para eso se juega en terrero propio) y francés (3, por eso de que están al otro lado de los Pirineos, aunque realmente son 4); luego viene la obligada muestra de cine yanki (nada del estilo Ford, Hawks, Scorsese o Tarantino); representación de cine social inglés, el ¿turbio y duro? cine danés y, cómo no, de Hispanoamérica alguna muestra (siempre algo argentino); del cine asiático, este año algo japonés afrancesado y una muestra china. Sorprende que en el menú no haya un poco de representación del cine coreano ni del centro y este de Europa, que el comunismo está de capa caída por ahí. Veremos cómo se complementa a ultima hora la Sección Oficial.
Los directores ya clásicos
El director francés François Ozon es la sexta ocasión que participa en la Sección Oficial, donde ganó la Concha de Oro y el Premio del Jurado al mejor guion con la notable En la casa (2012), de las pocas veces que no tildé la decisión de incomprensible. Sus películas al menos plantean cuestiones curiosas y sacuden al público con asuntos de índole ética (menor de edad que le gusta prostituirse, hombre que le agrada vestirse de mujer...). Se ven con mayor o menor interés y, al menos, no es un cine estomagante o soporífero. Ahí tienen para comprobarlo Una nueva amiga (2014) o Joven y bonita (2013), por ejemplo.
Ozon trae en esta ocasión Cuando cae el otoño (2024), protagonizada por Hélène Vincent y Josiane Balasko. Narra la historia de una mujer jubilada cuya vida cambia al conocer a un hombre, el hijo de una amiga, recién salido de prisión.
El octogenario inglés Mike Leigh será la primera vez que participe en la Oficial, aunque ya ha pasado por «Perlak» -sección de obras proyectadas en otros festivales- con su obra maestra, Secretos y mentiras (1996). Su filmografía contiene un puñado de buen cine británico realizado en las últimas décadas como El secreto de Vera Drake (2004), Todo o nada (2002) o una que me gusta mucho como es Another Year (2010). Últimamente su producción ha ido espaciándose sin lograr resultados tan redondos.
En esta ocasión, Leigh trae Hard Truths (2024), producción anglo-española y protagonizada por Marianne Jean-Baptiste y Michele Austin. Fiel a su estilo insobornable, la cinta retrata el día a día de una familia londinense y explora temas como las relaciones familiares, el duelo y la salud mental.
Homenajeado con el Premio Donostia en 2019, el nonagenario realizador franco-griego Costa-Gavras regresa a la Sección Oficial, donde presentó El capital en 2012, con su nuevo trabajo El último suspiro (2024). Al igual que Leigh, Gavras ya dio lo mejor de sí hace años, con películas tan notables como Desaparecido (1982), Z (1969) o La caja de música (1989).
Su última obra recoge las reflexiones sobre la vida de un médico de cuidados paliativos y un escritor. Está protagonizado por Denis Podalydès y Kad Merad.
Rodada en francés, aunque dirigida por un veterano director nipón no muy conocido en Occidente, Kiyoshi Kurowasa, Serpent's Path (2024) es una película sobre un hombre que urde un plan para vengar la brutal muerte de su hija. Está protagonizada por Ko Shibasaki, Damien Bonnard y Mathieu Amalric, Es una nueva versión de la homónima que el propio Kurosawa dirigió en 1998. ¿Razones para rehacer? Él sabrá. En la carrera del prolífico autor japonés, destaca la que le dio cierta relevancia por estos pagos, la soporífera La mujer del espía (2020) que incomprensiblemente recibió el premio Mejor dirección en la Mostra de Venecia. Le confundirían con el fallecido Kurosawa.
El cine hispanoamericano
La chilena Maite Alberdi saltó a la fama -un caso digno de Iker Jiménez- con dos obritas documentales: una es una simpática ocurrencia de convertir a un añoso señor en un espía dentro de una residencia para comprobar si hay maltrato a una anciana, titulada El agente topo (2020), y la pornográfica y edulcorada historia de una relación matrimonial, donde él padece alzheimer y ella es la cuidadora en La memoria infinita (2023), ambas nominadas al Oscar documental.
Alberdi participa por primera vez por la Concha, deja el documental y se pasa a la ficción con El lugar de la otra (2024), adaptación de uno de los casos recogidos en Las homicidas, ensayo de Alia Trabucco Zerán. Cuenta la historia real de la escritora María Carolina Geel, que en 1955 mató a tiros a su amante. Me apuesto el bigote que Alberdi nos convence de que bien asesinado estaba el amante. Al tiempo.
Por otra parte, de Argentina tenemos El hombre que amaba los platos voladores (2024) de Diego Lerman. El director bonaerense regresa por tercera vez a la competición con un filme sobre la creación audiovisual de presencia alienígena más recordada de la televisión argentina. Destacan en el plantel actoral, Leonardo Sbaraglia (atención a su peinado), Sergio Prina y Renata Lerman -hija del director- y que obtuvo, ¡con tan sólo 12 años!, la Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto por El suplente (2022), dirigida también por Lerman.
Cine norteamericano, inglés y danés
La expectación vendrá por la que es nieta de Francis Ford Coppola y sobrina de Sofía Coppola, Gia Coppola (37 años). Dicen que desde pequeña ya trasteaba por los rodajes de su tía y esperemos que algo se le haya pegado del apellido y de su admiración por el abuelo. Trae The Last Showgirl (2024), con Pamela Anderson, Jamie Lee Curtis y Dave Bautista en el reparto. Su filme es el retrato de una veterana bailarina de 50 años situada en la encrucijada cuando cierra el espectáculo en el que ha trabajado durante 30 años. Como madre, se esforzará en reparar una tensa relación con su hija que no ha sabido atenderla en ese tiempo.
Tengo algo de esperanza por ver lo que ha cocinado Edward Berger, cuya película anterior Sin novedad en el frente (2022) ganó varios Oscar, entre ellos el de Mejor película internacional. Se agradece en principio que haya un thriller dramático de índole religiosa como es Cónclave (2024). Tenemos a Ralph Fiennes que interpreta a un cardenal que, tras el repentino fallecimiento del Papa, debe supervisar el cónclave del que saldrá elegido su sucesor. El cineasta alemán ha contado también con otros actores reconocidos y reconocibles: Stanley Tucci, John Lithgow e Isabella Rossellini.
Acabamos el repaso de la Sección Oficial con The End (2024), la primera incursión en el cine de ficción del tejano Joshua Oppenheimer. Tilda Swinton, Michael Shanno y George MacKay entre otros destacan en este musical distópico sobre una familia adinerada que sobrevive en un búnker dos décadas después del fin del mundo. La obra documental anterior (The Act of Killing o La mirada del silencio) no destacaba por su optimismo en la humanidad y por la alegría de vivir sin violencia.
Menos mal que al salir del Kursaal 1 podré disfrutar de una comida donostiarra un poco más edulcorada, picantona y sabrosona, sin que me provoque acidez ni amargo regusto. De la comedia, y su ausencia otra edición más, hablamos otro día (salvo que alguna lo sea). Me resuena en los oídos las palabras del director José Luis Rebordinos en alguna pasada entrevista, «siempre intentamos buscar buenas comedias, pero no las encontramos o no las hay».