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miércoles, 8 de octubre de 2025

25ª Thinking Football Film Festival

Cuando el balón rueda por el mundo y nos hace pensar emocionándonos

  Thinking Football Film Festival, cine y fútbol organizado por la Fundación Athletic Club en colaboración con la sala BBK alcanza su 25ª edición desde que en 2013 arrancara y ha ido creciendo en prestigio y fama dentro del nicho de certámenes futboleros

 

Galder Reguera, presentador, junto a Martin Fradkin a la dcha, director de Greenland: Venezia

 

Durante los días 6 al 12 de octubre se está celebrando la 25ª edición del Thinking Football Film Festival en la bilbaína sala BBK, sita en la Gran Vía. Hoy martes, en su segunda jornada, hemos podido asistir a dos sesiones. En la primera, a las 18:00 se ha proyectado Greenland: Venezia de Martin Fradkin, un documental de 25 minutos que pertenece a una serie de documentales que se basan en una idea tan sencilla como original y brillante: explorar campos de fútbol ubicados en escenarios insólitos o remotos en todo el mundo. 

Martin Fradkin comentaba, a preguntas del presentador habitual del Festival, Galder Reguera, que la idea era buscar la práctica del fútbol en los sitios más inverosímiles, en los que surge el juego del balón de las piedras, de las baldosas o en sitios como Venecia, donde lo que menos te imaginas en un lugar donde apenas hay césped, hierba o arena, repleto de canales, puentes y de estrechas callejuelas, es que pueda haber un campo de fútbol. Para Fradkin, el capítulo de la serie sobre Venezia es "especial porque, aunque no hayamos ido, todos sentimos que la conocemos. Es una ciudad poética, cinematográfica, conocida por diversos tópicos y no tanto conocida por su fútbol. Y, sin embargo, hay un equipo de fútbol profesional". 

En esos momentos, me pongo a pensar si el Venezia ha podido estar en la Serie A, que es como se llama actualmente a la Primera División italiana. Y descubro que no sólo estuvo la temporada 2024/25, última vez, sino que ha estado en 25 ocasiones en toda la historia del calcio. Porque Venecia es conocida por el Festival de Cine, fundado en 1932, por sus gondoleros, por la plaza de San Marco (en ocasiones resfriada) o por películas que se han rodado allí: desde Otelo (1952), Locuras de verano (1955), Muerte en Venecia (1971) o la más reciente y fallido remake The Tourist (2010). Sin embargo, "para [el equipo de grabación de] Greenland fue un desafío porque es la primera vez que un equipo profesional se suma al proyecto. Abre las puertas y nos cuenta cómo es la dinámica y el desafío de ser un equipo profesional en una isla histórica, donde está con alambres, que parece que todo prende de un hilo", comenta Fradkin. 

El presentador Galder Reguera le comentaba al director que viendo Venezia, uno se da "cuenta de que te enamoras de la ciudad y te recreas. Si hiciera turismo en Italia, yo me abonaba a esta pieza porque te dejas seducir completamente por la ciudad". Fradkin, cuyo verbo florido le delata como argentino, afirma que "es una ciudad que te invita, ¿no?, el tema de los gondoleros, las placitas metidas en medio de esas calles diminutas, una ciudad que invita a la fotografía. Y encontrar el fútbol ahí fue un gran desafío. Creo que se plasma en el episodio".

Reguera comentaba que las tres piezas que estaban programadas para la sesión –Stuck on you: the Football Sticker Story junto a Two Tribes son las otras dos– están hechas para televisión. En general tienen mala fama frente al mundo del cine o el documental. “Tengo la sensación de que se hace muy buen cine y buenos documentales para televisión, que a veces son los productores los que no quieren meterse en los canales de distribución del cine”, comenta pesaroso. 

A lo que respondía el director que "para los que producimos contenido documental para plataformas o para la televisión, ser invitado a este tipo de festivales, en el que hay un contexto cinematográfico, es muy importante. Nos alimenta, nos viene muy bien porque crecimos mirando cine, crecimos escuchando historias relacionadas con el cine y es por lo cual empujamos dentro de la televisión con herramientas del mundo televisivo a hacerlo lo más cercano al cine. Y esa es nuestra gran meta. Nos frustramos cuando no lo logramos. Los presupuestos del mundo de las plataformas y de la televisión no son los mismo que del cine, los tiempos no son los mismos. Pero esa es la búsqueda: intentar acercarse a lo que uno ve en los cines. Y ver esto en una sala repleta, en pantalla gigante, es lo que siempre soñamos", concluía.

Añadía, por último, al ser preguntado por con cuál episodio de la serie Greenland se quedaba, que "el desafío más grande que hemos tenido en estas cinco temporadas con más de 25 episodios que hemos realizado, el más atractivo ha sido el capítulo titulado Greenland: San Francisco. Cuenta la historia del fútbol en Soledad Prision, una prisión de máxima seguridad de Estados Unidos, y un enfrentamiento real entre guardias y prisioneros. Es un lugar donde parece que no hay vida, es oscuro, parece no haber fútbol... pues hay fútbol. Y es casi, te diría, lo que los mantiene vivos". 

 

La 25ª edición del Thinking se adornó en la sala BBK con una portería de ¿San Mamés?

 

La segunda pieza de la sesión fue una joyita para los que son coleccionistas o fuimos de niños poseedores de cromos de fútbol. Se trata de Stuck on you: the Football Sticker Story, un mediometraje de 45 minutos, que vendría a traducirse como Pegado a ti: la historia del cromo de fútbol de Andy Wells. 

Es una historia fascinante, a un ritmo fluido, que explora la historia de las empresas que durante décadas produjeron cromos para atraer la atención de miles de coleccionistas infantiles en Reino Unido: Panini y la que surgió de ella posteriormente, la empresa británica de cromos Merlín Publishing, muy popular en los años 90.

Cuando eres niño, los aspectos de quién está detrás de la edición de esos cromos donde vienen tus ídolos del fútbol y la obsesión por intercambiar los cromos repes para completar el álbum de la Liga de una temporada te la trae al pairo. Pero Stuck on you te narra la trastienda empresarial que había tras esa venta en kioskos o en tiendas de chucherías, entre los que se encontraban los cromos.

Dos ideas recojo de lo visto. La primera es que la editorial Panini, que también estuvo presente en España y en decenas de países más, fue una empresa italiana fundada en Módena –sí, la región del famoso vinagre– en 1961 por cuatro hermanos. Tuvieron una idea sencilla pero revolucionaria (como poner un palo al mocho creando la fregona), que fue meter unos cromos en una paquete. ¿Por qué? Porque los niños tenían la ilusión de desgarrar el sobre para descubrir qué jugadores venían dentro. Era como destapar las cajas de regalos el día de Reyes, pero en este caso antes de comenzar la liga de fútbol creando así una expectación añadida. 

Panini tuvo otra brillante idea. Los cromos de antaño, un poco de capa caída tras la II Guerra Mundial, tenían que ser pegados con pegamento o cola. Cosa que para la niñez podría ser una aventura, y para los padres suponía un peligro. La idea de que los cromos tuvieran un papelito detrás que se podía quitar y que permitiesen pegar los cromos en el álbum los convirtió en adhesivos: Panini creó, así pues, los cromos adhesivos o stickers.

El documental también aborda la lucha entre The Sun y The Daily Mirror, dos de los periódicos ingleses que en los ochenta dominaban el mundo de la prensa, los cuales  empezaron a pugnar por distribuir los cromos. De esa lucha, surgió Merlin Publishing 1989. Pero esa parte la tendrán que descubrir viendo esta pieza documental, como si estuviera en un sobrecito.

 

Paneles con los carteles de las películas programadas en 25ª Thinking Football Film Festival 

 

 En la sesión de las 20:00 de este martes, en la que se agotó las entradas, se proyectó Two Tribes (2019) dirigido por Andy Wells, que estuvo presente en el coloquio posterior junto a uno de los protagonistas del mismo, Sammy Lee, jugador del Liverpool y conocido por estos pagos por haber jugado también durante 1987-1990 en el Osasuna.

Two Tribes narra la historia en la década de los ochenta del pasado siglo de los dos clubes de fútbol rivales de la ciudad que vio nacer a los Beatles: el Liverpool y el Everton. Pero no sólo eso, sino que la ciudad portuaria del condado de Merseyside tuvo un declive industrial muy similar al de la ría del Nervión por la misma época. Allí estaba Margaret Thatcher presidiendo el país por aquel tiempo y Liverpool vivía fundamentalmente de su puerto y del comercio que tenía lugar allí. Pero el declive económico hizo que un cuarto de población emigrara y los que quedaron tuvieran muchos que sobrevivir con el subsidio por desempleo.

Ante este panorama de decrepitud social económico y urbanístico, Two Tribes relata con voces testimoniales de esa época (activistas, políticos, jugadores, hinchas, artistas) que si no hubiera sido por el fútbol la salud mental de muchos hombres se habría visto jodida. Y es que frente a la crisis de la ciudad, el Everton y el Liverpool vivieron una época en los 80 de esplendor deportivo y rivalidad nunca vista. No era infrecuente que uno y otro (más el Liverpool) ganase la Liga –antes de que se llamase Premier League– o la Copa F. A., vamos lo que aquí llamamos la Copa del Rey. Un testimonio llega a comentar jocosamente que cómo era posible que una ciudad como Liverpool en la que no había más que parados y artistas por doquier, tuvieran dos plantillas tan bien pagadas: "Pues porque muchos de los subsidios se encauzaban a pagar a los jugadores".

En el documental también se aborda dos de las tragedias que sacudieron a la afición de ambos clubes: la tragedia de Heysel, campo belga donde disputaron en 1985 la final de la Copa de Europa el Liverpool y la Juventus a pesar de haber fallecido 39 aficionados en las gradas por una estampida humana; y, más tarde, lo sucedido en 1989 en el estadio Hillsborough de Sheffield, donde se disputaba la semifinal de la FA Cup entre Liverpool y el Nottingham Forest. Las 97 víctimas por una avalancha de aficionados eran del Liverpool. La final entre este último y el Everton supuso una fraternidad entre ambos clubes e hinchadas hasta entonces nunca vistas. Todos coreaban "Merseysida", la cuenca del homónimo río del que todos eran originarios.

El oprobio que sufrieron los fallecidos "hooligans" por ser acusados por la prensa de ser los responsables de la llamada Tragedia de Hillsborough fue resarcida en parte años después. 

Como afirma el documental, tras esa época gloriosa y la conversión de la Liga inglesa en la Premier, ninguno de los dos equipos ha ganado título alguno –al menos hasta la fecha del rodaje 2019–. Me quedo con dos ideas, cómo el fútbol tiene unas implicaciones profundas con la política y la sociedad en la que está enraizado. Y que el fútbol a veces une a la gente, crea familias, para causas sociales, más allá de levantar una copa o llorar por no lograrla.

En el coloquio posterior, un muy emocionado Sammy Lee y el escritor Syd Lowe recordaron a una figura muy querida ya fallecida: el jugador Michael Robinson, que empezó jugando en el Liverpool. Lee comentaba que fue más que un compañero, un colega, fue un hermano. Michael creía que el Liverpool era el equipo más cercano a su público, como sucede con el Athletic Club, al que admiraba por ello. Porque no era un club, era una causa. Añadió también que si un jugador como Michael Robinson, originario de Merseyside, en aquella época, hubiera mirado a la grada y hubiera sabido de cómo lo que sucedía en el campo articulaba la vida de aquella gente, de haberse enterado de aquella responsabilidad que tenía en sus botas, habría salido acojonado y no hubiese sido capaz de jugar.

Y otra idea que quiero dejar en esta breve reseña: de la misma forma que el Athletic Club tenemos el eslogan de "Único en el mundo", los del Liverpool crearon uno no menos hermoso, "Never walk alone", una frase que transmite apoyo, solidaridad y esperanza ante las adversidades.  


 

domingo, 5 de octubre de 2025

Couture (2025)

Los mejillones del bar Stop y los flashes

 

 

Angelina Jolie vino, presentó (Couture) y marchó en ocho horas.

 

Llevaba unos días sin aparecer por el bar Stop desde que este periodista había cubierto el 73º Festival de Cine de San Sebastián. Así que al aparecer por ahí muchos parroquianos quieren saber de ti, de lo vivido, de si has estado con tal actor o cual actriz, de si has hecho muchas fotos... Vamos, que salvo por los flashes y la ausencia de alfombra en el Stop, uno se siente en esos momentos como una estrella de Astrabudua.

Pasados los momentos de euforia, vienen esas preguntas más de autor: ¿qué películas te han gustado?, ¿qué te parece Los domingos?, ¿que si es para tanto la obra de Ruiz de Azúa?, ¿no crees que hay mucho cine patrio premiado?, ¿y Maspalomas está tan bien?, ¿es tan guapa la Angelina Jolie al natural?

Y aquí hago una parada. 

—Cecilia, ponme un platito de esos mejillones que veo en ese expositor de pinchos.

—¿Te los caliento un poco o como están?

—Caliéntamelos y un crianza Campo Viejo, por favor.

La Ceci no pregunta. Tiene trabajo en sacar hoy las raciones domingueras de rabas, calamares rebozados y mejillones. Una experta.

Al fondo del bar, están las Txiribitongas, la cuadrilla femenina, la cara B de la cara A de mi cuadrilla. La Peggy Serna se me acerca y me da dos besos. "¿Qué tal por el Jolivú donostiarra?", pregunta con esos ojos azules del Cantábrico, aunque ella sea salmantina. Y procedemos a una entrevista informal en la que todo empieza por qué tal...

Con el tiempo y ya probando los deliciosos tigres de la Ceci, se me van acercando más miembros de las Txiribitongas: la Maitetxu, la Rosa Rosae, Encarnadilla de Noche, Tulipán Negro... casi todas con sus motes. Porque hace años, en Astrabudua, como en tantos sitios, a la gente se le ponía motes: eso sí, motes cariñosos.

Una de las preguntas estrellas era: ¿Has visto a la Angelina? Y, claro, uno deja de tener ese aura de periodista célebre que ha estado con estrellas en la habitación habilitada del hotel cinco estrellas del María Cristina cuando les dices que yo me dedico fundamentalmente a ver películas de la cosecha 2025. Y que sí, que a algunos personajes del mundo del cine he visto en las ruedas de prensa. 

—¿Te vale con haber visto a José Luis Guerín, Olmo Omerzu, Arregi o Goenaga? —inquiero.

—Esos, ¿quiénes son? —me pregunta una.

Yo no quiero decepcionarlas. Soy el hombre que no he visto a Angelina Jolie en la Concha, en el Hotel María Cristina o en la sala de prensa del Kursaal 1. Y trato de driblar ese momento en que como si estuviera ante un defensa, llamado decepción, les explicas que a la hora en que la Jolie presentaba y defendía su película Couture, yo estaba en el pase de prensa del Teatro Principal viendo Maspalomas. Y veo a una mujer entrar en el baño y me tomo un par de tigres: deliciosos con un cierto sabor a...

—He leído en el Deia que Rebordinos, el del Festival,  comentaba que traer a la Jolie y a la Jennifer Lawrence ha estado un poco por encima de las posibilidades del certamen —me pregunta Mafaldita, la más estudiada de las Txiribitongas—. Al menos a Jennifer la habrás visto, ¿no? ¿Es tan guapa y alta al natural, porque en la tele...?

Ahí sí. Ahí mi aura vuelve a brillar, pues tuve la ocasión entre la marabunta de cámaras hambrientas poder sacar alguna imagen con que impresionarlas. Ellas ven, comentan, analizan, alaban o deprecian, vierten adjetivos laudatorios o de tendencia bajista. Y, yo, por el rabillo del ojo, veo a otra parroquiana esperar ante la puerta del baño del Stop. Me extraño. Y, mientras, me tomo otro mejillón acompañado de un sorbito de Campo Viejo.

Explico que Rebordinos aprovecha traer, cuando puede, a estrellas de relumbrón para que el Zinemaldia esté en boca de todos. Suelen traer una película debajo del brazo: mala o regularcilla habitualmente.

 

 

Angelina Jolie firmando en la presentación en el Kursaal 1 de Couture

 

—Recuerdo que en un episodio de Cámera Café, el Ríchar, el informático, lee en un periódico que Angelina Jolie venía a España. Eso sería por el 2005 o 2006, recuerdo —comenta Peggy Serna.

—¡Anda, mujer! ¡Qué iba a venir! —replica Maitetxu.

—Que sí, que a la directora de la empresa, Victoria, como se le queda pequeña la empresa y necesita asociarse o una campaña que la lance al extranjero, se le ocurre traer a la Angelina a la oficina. «Una cara famosa, ¡menudo espaldarazo para la empresa!», comenta Victoria. 

—Pues algo parecido ha hecho el Rebordinos trayendo a ambas actrices de Jolivú —sentencia Mafaldita.

Mientras escucho, entre mejillón y trago de crianza, veo que la cola de mujeres ante el WC va alargándose. Trato de sacar el móvil y mostrarles algunas fotos con escaso éxito viendo que la conversación toma otros derroteros.

—Y Victoria le pide al Ríchar y a Jesús Posadas, jefe de ventas, una foto al precio que sea de la Jolie en la oficina —continúa rememorando Peggy Serna—. Algunas compañeras en la oficina se quejaban de que la traían porque era mona, otras porque siempre se usan a las mujeres como floreros —ya se venía la marea feminista—. Victoria decide comprar flores para ella y whisky caro para él.

—¿Para quién? —pregunto ya intrigado con mi smarthphone y las fotos que contiene en la mano sin saber si meterlo al bolsillo o qué viendo la deriva de la conversación. Al fondo, la situación era rara: ante la puerta del WC de caballeros había un tipo que no conocía esperando también. Miré al plato y apuré los últimos mejillones.

—Para Brad Pitt, que también venía. 

—Ay, qué rico. Con esos ojos, ese pelo, esa sonrisa... —detalla Maitetxu.

—¡Y ese culo! —completa Rosa Rosae, mientras ríen en una explosión jubilosa.

—En aquella ocasión venía ella a inaugurar una casa de acogida —prosigue Peggy Serna—. Y a Victoria se le ocurre conseguir un sintecho para que se haga con él una foto. Y el informático trae a Braulio, un desarrapado, con barba larga y cana, mano extendida y un carrito del súper con sus cosillas a la oficina. La Cañizares, secretaria de Victoria, trae a un yonqui rehabilitado con pinta de recaer en cualquier momento. Y recuerdo que el sinvergonzón de Quesada trae un lince ibérico en peligro de extinción para darle pena a Angelina Jolie.

—¡Y lo había metido en el baño en el que estaba el rehabilitado! —recuerda ahora Encarnadilla de Noche que se ha añadido a la conversación.

—Pero la Angelina quería niños huérfanos, justo lo que no tenían en la oficina —comenta Peggy Serna.

—Los famosos son así: siempre piden lo que no hay en el menú —anota Mafaldita.

—Al final, le piden a otra secretaria uno de sus hijos para que haga de huérfano y así de gancho para atraer a la actriz —continúa Peggy—. Consiguen la foto pero el niño se queda con Pitt y Angelina.

—Sí, en aquella época tenían la manía de adoptar todo.

—Bueno, ahora ha traído al Zinemaldia una nueva adopción: una peli titulada Couture —trato de traer la conversación al presente, mientras una de las Txiribitongas comenta que tiene que ir al baño.

Oigo voces al fondo. Alguna aporrea la puerta del WC. Yo siento que mi vientre empieza a sentirse mal, y con necesidad de aligerar el equipaje. Y que mis fotos de Jennifer Lawrence por recibir el Premio Donostia no son los suficientemente interesantes para opacar el día en que Angelina Jolie y Brad Pitt vinieron a España y a Victoria de la Vega, la directora de márketing de la empresa, logró lo que yo no había obtenido por ver Maspalomas: una foto de ambos con un niño que hacía de huérfano en la oficina. Vamos, como hizo José Luis Rebordinos, pero sustituyendo al niño por una Alta costura, que es lo que significa Couture.

 Salí del bar Stop dejando al fondo unas súplicas de entrar urgentemente al baño por parte de varios parroquianos. La misma urgencia con la que estuvo la Jolie en San Sebastián, que tras ocho horas enfiló rumbo a Roma para un rodaje. Pero sin necesidad de tomar los mejillones en mal estado de la Ceci. 

 

 

domingo, 28 de septiembre de 2025

Zinemaldia 2025. Sábado y Palmarés

 Los domingos de Alauda Ruiz de Azúa consigue la Concha de Oro 


Además, Joachim Lafosse logra la Concha de Plata a Mejor Dirección por "Six Days in Spring" y los actores José Ramón Soroiz (Maspalomas) y la china Zhao Xiaohong (Her Heart Beats in Its Cage) la Concha ex aequo de Plata a Mejor Interpretación



Valla en la que aparece el cartel de Los domingos, ganadora del Zinemaldia 2025


Si les nombro los siguientes nombres: Dea Kulumbegashvili, Alina Grigore, Laura Mora, Jaione Camborda y Alauda Ruiz de Azua, ¿les suenan de algo? Bueno, sobre la última, directora baracaldesa, tal vez hayan leído que ayer ganó la Concha de Oro por "Los domingos". El resto también desde 2000. Tan sólo un "enfant terrible" ha podido meter pitón entre tantas "conchas" que dirían los argentinos: Albert Serra.

Un compañero de fatigas en esto de cubrir el Zinemaldia, oliéndose lo que se venía, ponía ayer sábado el siguiente tuit: "Ha sido un festival político y me temo, un palmarés político". No se equivocó. Desde hace años ya sé que no se valora el cine, sino el tonelaje de dinamita ideológica que contiene la película ganadora. A veces, ocurre que la calidad cinematográfica y la reivindicación –del tipo que sea– van unidas; en muchas otras ocasiones, no.

Viendo el listado de premiados en la Sección Oficial –los otros ya ni te cuento–, se revela por dónde van los tiros: la intransigencia –de cualquier tipo–, la diversidad cultural, la homosexualidad, el maltrato a la mujer, el derecho al aborto, la desigualdad social, el amor interracial... Bueno, por no faltar no faltó que un chico con down subiera al escenario a reivindicar mayor visibilidad y oportunidades artísticas.

Cumplida la agenda woke, vayamos a juzgar un poquito qué tal ha ido el palmarés, teniendo en cuenta que J. A. Bayona ha presidido el Jurado Oficial junto a la cineasta portuguesa Laura Carreira y la directora estadounidense Gia Coppola; la actriz Zhou Dongyu; la cantante e intérprete argentina Lali Espósito; el actor británico Mark Strong y la productora francesa Anne-Dominique Toussaint. Creo que dice poco y malo del Festival de Cine de San Sebastián el hecho de que de los siete premios, cuatro fueran a parar a largometrajes españoles, frente a los dos que se llevó Francia, uno a Argentina y el ex aequo a China. Demasiado casero para ser un festival que se las da de internacional. 

Desde que el pasado domingo 21 se pudo ver en el pase de prensa, "Los domingos" se perfiló como una de las aspirantes a la Concha de Oro. Todavía le estoy dando vueltas a un asunto: ¿por qué razón milagrosa y oculta este filme de Alauda Ruiz de Azua ha gustado tanto a críticos de derecha (ABC, El Mundo, El Diario Vasco) como de izquierdas (Gara, Berria)? A la salida del cine pegaba la oreja a ver qué comentaban los jóvenes –todavía los hay que van al cine, al menos como los caracoles salen en días de festivales– y, ¡oh, sorpresa!, parecía haberles interesado también. Me tiene tan intrigado desde aquel día que he tenido noches sin dormir. 

 

La directora Alauda Ruiz de Azúa

 

 "Los domingos" es una buena película pero no es una obra maestra. Para explicar la unanimidad sobre un tema en apariencia tan poco atractivo como el hecho de que una hija estudiante de bachiller quiera probar si merece la pena meterse a monja de clausura, hay que dar con la tecla. Y la tecla que ha tocado Alauda en estos momentos tan polarizados en la sociedad española es... la intransigencia. La película interpretada por la inexperta (inocencia pura) Blanca Soroa (estará en los Goya) y la antagonista dramática Patricia López Arnaiz puede ser leída desde los dos frentes ideológicos de la misma manera: ¿Ves lo que pasa cuando no me aceptas y crees que tú llevas sólo la razón y la verdad escrita en tu bandera?

 Alauda en rueda de prensa comentaba lo siguiente: "He intentado construir la película desde la tensión, de tal modo que los espectadores tienen que dilucidar hasta qué punto la joven Ainara experimenta un sentimiento genuino, auténtico o espiritual o es algo que realmente está acompañado, influido o empujado por un adulto, debido bien a sus carencias con el padre o bien empujado por los religiosos. También se habla de la vulnerabilidad que hay en la adolescencia, pues empiezas a sentir cosas muy adultas y no siempre las traduces bien. Una de las hipótesis que plantea la película es que la vulnerabilidad te puede llevar a una necesidad de afecto y querer sentirte especial”. 

Me quedo con una respuesta que la directora realizó a la pregunta de qué significaba para ella los domingos: "Los domingos suele ser un día de ver cine, la verdad". 

 

José Luis Guerín ganó el segundo premio por Historias del buen valle

  

Resto del palmarés 

El jurado dio el Premio Especial, una manera de resaltar una segunda buena película, a "Historias del buen valle" del interesantísimo documentalista José Luis Guerín. Nada que objetar, pues aunque no es una obra redonda contiene momentos de gran brillantez en la descripción de un barrio periférico de Barcelona: Vallbona. Como dijo el Jurado, el premio va a "una película que dirige su cámara hacia la periferia, hacia rostros y paisajes pocas veces filmados para trazar una mirada que fluye generosa y humana sobre el tiempo, evocando en ese viaje la esencia misma del cine". Guerín volvía así a triunfar otra vez –hace veinticinco años lo hizo con la espléndida "En construcción– con el mismo Premio Especial del Jurado. 

José Luis Guerín dudaba mucho de que le cayera algo sabiendo que el jurado estaba mayoritariamente integrado por actores y actrices cuando no contaba con actores y actrices en su película. Pero no tuvo en consideración la ayuda del presidente J. A. Bayona, que le confirmó que es del barrio La Trinitat Nova, colindante con Vallbona donde rodó Guerín.

Me temo que no la verá ni dios y pasará al catálogo de Filmin, sección Documentales. Y seguirá sin verse.

Como el wokismo hizo que el Zinemaldia (siguiendo la estela de la Berlinale) sólo concediera, a partir de 2021, un premio a la interpretación principal, pues hecha la ley, hecha la trampa. La Mejor Interpretación sin sexo ni género fue a parar ex aequo a dos actores: uno hombre, José Ramón Soroiz, por su papel en Maspalomas, en el rol de su vida que le han dado Jose Mari Goenaga y Aitor Arregi, y por el que logrará el Goya el próximo año; y otra mujer, la actriz Zhao Xiaohong, por el largometraje chino Her Heart Beats in Its Cage. Tiene la curiosidad esta notable película que Zhao Xiaohong interpreta el mismo papel que tuvo ella en la vida real: haber pasado diez años entre rejas por haber matado a su marido maltratador y tratar de recuperar la relación con su hijo.

Argentina tenia a concurso tres películas. Pues tuvo que ser la más demagógica y panfletaria la que se llevara algo. Camila Plaate obtuvo la Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto por su interpretación en Belén. Interpreta a una joven mujer que es acusada de haberse provocado un aborto y, luego de dos años en prisión preventiva, es sentenciada a ocho años de prisión por homicidio agravado por el vínculo. Una abogada tucumana luchará por su libertad junto al apoyo de miles de mujeres y organizaciones, quienes se unirán para cambiar el curso de la historia. Cine para convencidos de las causas.


Jose Ramón Soroiz

 

 

  

Zhao Xiaohong

 


 








Y aquí vino el desvarío completo. Esos momentos en que piensas que los miembros del jurado o bien han sufrido una indigestión, los han drogado o han sufrido una abducción marciana de carácter belga. No sólo uno, sino dos premios obtuvo la floja y mal iluminada propuesta del realizador belga Joachim Lafosse  ya obtuvo la Concha de Plata a la mejor dirección con Los caballeros blancos en 2015. Este vez ha vuelto a ganar el mismo premio por Six Days in Spring (Bélgica-Francia-Luxemburgo) y también el Premio del Jurado al mejor guion, galardón que comparte con Chloé Duponchelle y Paul Ismaël. En el panel de críticos del Diario Vasco, estaba situada en la antepenúltima posición de los 17 largometrajes que concursaban. Y con baja puntuación. La mía no llegaba al aprobado.

Al Jurado no le parecía mucho dar tres galardones al cine made in Spain, sino que optaron por un cuarto, a todas luces excesivo aunque no desatinado. La distinción a la Mejor Fotografía ha sido para Pau Esteve por su trabajo en Los Tigres. Es verdad que tiene unas tomas submarinas impresionantes y que expresan muy bien la labor de los buzos y la tensión que hay debajo del agua. Y honra que Pau Esteve reconociera que el premio tenía que compartirlo con Eric, el director de fotografía de subacuático, "que es bastante suyo".

 

Jennifer Lawrence, cerca de mí, cerca del cielo.

 
Mis lamentaciones inútiles. Una pena que ni Franz de Agnieszka Holland sobre la figura de Kafka ni Nuremberg dirigida por el norteamericano James Vanderbilt se fueran de vacío. Les regalaré gafas de ver buen cine a estos siete magníficos integrantes del jurado. 

La actriz Itsaso Arana y el actor Óscar Lasarte presentaron ayer noche la ceremonia de clausura en el Kursaal 1, donde tras desvelarse los galardones tuvo lugar la proyección de Winter of the Crow (La conspiración del cuervo), la película de clausura de esta edición. Los dos numeritos de Óscar Lasarte (el de Gila metiendo en el mismo saco a Trump, Puttin o Milei y el truco mágico con la calculadora) fue de bochorno. Creo que tirándome un pedo con la boca o leyendo la Biblia en hebreo habría provocado mayores carcajadas en el Kursaal, algo al estilo de Tony Clifton. Ya saben, o si no vean la maravillosa Man on the Moon.

 

The End 2025 


 

sábado, 27 de septiembre de 2025

Zinemaldia 2025. Viernes 26

En el final de la etapa, el premio de la montaña va para "El agente secreto" de Kleber Mendonça 

 

El viernes era el día de romperse civilizadamente la crisma contra la horda de fotógrafos profesionales, amateurs, agentes de seguridad y demás intranquilo personal de la organización del Zinemaldia para obtener la foto de Jennifer Lawrence. He tenido que batirme el cobre como Rambo en Vietnam pero aquí la tienen:

 


 

Y tras haberse recobrado de la impresión, este que escribe sigue su camino haciendo la reseña de tres películas que vi en mi último día de Zinemaldia.


El director Kleber Mendonça Filho presenta "El agente secreto"


El penúltimo día del Zinemaldia, a pesar del cansancio que uno lleva ya tras más de 30 películas vistas, no carecía de motivación. "El agente secreto" del director brasileño Kleber Mendonça Filho venía con el marchamo de haber ganado los premios a Mejor Dirección, actor (Wagner Moura) y el premio Fripresci en Cannes de este año.

Me ha convencido mucho esta historia de 158 minutos sobre un doctor universitario, Marcelo, cuya vida se ve jodida cuando un tipo desmantela todo lo que en la Universidad está logrando con las varias vías de investigación tecnológica. Mendonça arranca con una escena que te va dejando mal cuerpo, porque sabes que todo lo que pasará a partir de entonces lleva el sello de la inquietud. Marcelo llega para repostar a una gasolinera, pero se da cuenta de que un cadáver está expuesto al sol y tan sólo cubierto por unos cartones. En un primer momento quiere huir, no quiere problemas pero su depósito ha llegado al límite. Todo ello está contado con fuerza, con esa planificación que sólo los buenos directores saben transmitir al espectador.

El guion consigue que el mal sea en ocasiones abstracto y en otras ocasiones muy concreto. Estamos en 1977 donde la gran sensación en la cartelera cinematográfica son los estrenos de dos películas que, no por casualidad, son: Tiburón y La profecía. De la primera contribuye a las escenas más surrealistas, fantásticas y cómicas de la película; de la segunda, intuimos que el mal que corroe en Brasil, el político y policial, está omnipresente. No se menciona que Brasil vive en el periodo de la dictadura del general Ernesto Geisel (1964-1985). Es ese es el gran acierto.

Marcelo huye hacia a Recife, lugar donde ha encontrado un cierto refugio y con la idea de reencontrarse con su hijo pequeño. Pero Kleber Mendonça ya nos avisa de que cuando una sociedad está sometida a cualquier dictadura y el mal está incrustado hasta en los rincones de la sociedad y de los estamentos políticos, no hay lugar para la escapatoria. Todo sin nombrarse. Porque para qué concretar cuando aun transcurriendo en un año 1977 concreto lo que se narra en "El agente secreto" sirve para otros momentos donde las libertades civiles y políticas están restringidas.

La iluminación de "El agente secreto" es la luz de aquellas películas de los 70. Incluye escenas en una sala de proyección, una manera de expresar un homenaje al cine de aquella época pasada. Una de las mejores películas de este año sin duda alguna.



"Valor sentimental" de Joachim Trier


La siguiente película también en la sección Perlas era la de Joachim Trier: "Valor sentimental". Era otra apuesta casi segura. Trier me había encandilado con "La peor persona del mundo". He de reconocer que los 135 minutos en el Teatro Victoria Eugenia me han pesado por ser una historia más densa y difícil de contemplar que la anterior porque las imágenes están perladas de conversaciones sentimentales, donde el pasado revierte en el presente y donde hay derivaciones (escenas teatrales, lecturas de guion de una película que se quiere rodar) que hacen la experiencia más "cansina".

Relata la relación que las dos hermanas Nora y Agnes tienen con su su distanciado padre, el carismático Gustav, un antiguo director de renombre que le ofrece a su hija Nora, actriz de teatro, un papel en su próxima película. Nora lo rechaza y pronto descubre que le ha dado su papel a una joven y entusiasta estrella de Hollywood. De repente, las dos hermanas deben sortear su complicada relación con su padre y lidiar con una estrella estadounidense que se encuentra en medio de su compleja dinámica familiar.

Contiene un arranque impresionante, donde Nora relata cómo se "siente" la casa familiar durante los años en que Gustav vivía con ellas y con su madre hasta el divorcio. Pero de ahí todo empieza a mostrar una densidad emocional que se me hace bastante difícil de digerir. Trier se muestra menos acertado o inspirado en la puesta en escena salvo en varios momentos. El final logra elevar el interés y dejar un poso en el espectador de que el tema de cómo las relaciones con los progenitores dejan una huella indeleble difícil de sortear. "Valor sentimental" es más valiosa por el guion que en el resultado final en pantalla. Aún así es una obra cinematográfica muy interesante.



"Ballad of a Small Player" de Edward Berger


La última película dentro de la Sección Oficial a concurso vista en el Príncipe 2 después de meterme una ensalada de tomate (sólo había tomate y no del País), unas albóndigas que más parecían almóndigas) y unas natillas con una galleta María, se me hizo llevadera. Su título en español "Maldita suerte".

Porque el director alemán Edward Berger (1970) sabe dirigir una mediocre historia procedente de esos best sellers vendidos en la zona duty free de aeropuertos como los ángeles. Tiene talento y fuerza para narrarnos una historia que transcurre en Macao entre casinos de juego. Tenemos a un entregado Collin Farrel en el papel de Lord Doyle, cuyo pasado y las deudas por el juego -él no se considera un ludópata- comienzan a pasarle factura. La suerte es esquiva pero se encuentra con un alma gemela que podría tener la clave de su salvación: una mujer tan guapa, tan imposible de creer que parece irreal.

Lo que uno no entiende es que esta película esté en la Sección Oficial según los parámetros con los que suelen usar para dar el pase de entrada. Me temo que se irá de vacío y lo tendrá merecido. 

 

viernes, 26 de septiembre de 2025

Zinemaldia 2025. Jueves 25

Cuando la ficción falla, te queda el género documental


El director José Luis Guerín que presenta "Historias del buen valle"


Uno de los directores más apreciados por el que esto escribe se llama José Luis Guerín, junto con otro proscrito del cine como es Víctor Erice. Verle presentar un nuevo documental o como se llame lo que haga a este catalán no nacionalista (“el nacionalismo busca lo estático mientras que el mundo es dinamismo”, confiesa Guerín) es para estar de enhorabuena.

No encuentra financiación, así que ha tenido la suerte de tener a un joven llamado Jonás Trueba (del linaje Trueba) que le ha dado un empujoncito financiero, junto a alguien francés (siempre Francia salvando la cultura de debajo de los Pirineos). 

“Historias del buen valle” no ha convencido mucho. Yo la veo con sumo interés porque Guerín es un tipo interesante, que ama el cine y es un artista en el mejor sentido de la palabra. Y, además, saber mirar la realidad como a mí me gusta: con cariño por los seres humanos que retrata y con su dosis justa -como si fuera una especie que echa a su guiso- de lirismo poético. Lo justo para que que aquello que contemplas te parezca especial, rico, rico.

El documental aborda el paisanaje que reside en una zona periférica de Barcelona capital, rodeada por el río Besós, una línea de ferrocarril y dos carreteras. Es un mundo apartado, cuya geografía no es posible imaginarse como le sucedió a Guerin, que se le hizo imposible enmarcarla al principio, por lo que estuvo a punto de tirar la toalla.

En ocasiones me recuerda a la magna novela de “La colmena” de Cela, pues describe un paisanaje en un lugar variopinto, desde aquellas gentes venidas del Sur en época de Franco hasta los inmigrantes actuales procedentes de Ucrania, Guinea Ecuatorial, América, India, gitanos, Portugal o Marruecos. 

La estructura de “Historias del buen valle” me parece lograda, pues recorre -con un prólogo en blanco y negro- el pasado (sombras de lo que fueron viviendas derribadas y comidas por la vegetación), el presente (con la mixtura de idiomas y procedencias, con las tensiones que ello provoca) y finaliza con el incierto futuro de esa zona barcelonesa debido a que pasará el tren de alta velocidad. 

La muerte también está presente, como le pasa al barrio, que sufre al final las obras de construcción del ferrocarril. Destaco una escena con sabor a puro John Ford, con el aroma de la misa funeral por uno de los vecinos mientras alguien toca la armónica.

En Francia sería Dios. Aquí Guerín es un pringado que tiene que recurrir a los amigos para que le paguen este “working in progress”. Asco de país a veces. 


"Jay Kelly" de Noah Baumbach


Jay Kelly es una mirada retrospectiva de un actor, George Cloney, que lo ha alcanzado todo, al menos en el plano artístico. Le acompaña en esa vorágine de su vida llena de proyectos cinematográficos y de agenda ocupada por actividades por su agente-madre-consejero  y asesor interpretado por Adam Sandler.

Es un película donde desees que se callen un poco, pues los diálogos se hacen eternos. Y recuerdas aquellos western donde lo esencial se decía con el revólver. Lo más salvable son los momentos en Clooney trata de volver la vista hacia el pasado en un intento infructuoso de solucionar las relaciones rotas o poco fluidas con sus dos hijas en edad madura. En esos momentos me recuerda salvando las diferencias de calidad una obra maravillosa de Ingmar Bergman titulada “Fresas salvajes”.

Los momentos en que Jay Kelly recibe un homenaje en un festival de la Toscana italiana la cosa empeora. Poca cosa para Noah Baumbach, autor de una muy recomendable obra superior a la comentada; Historia de un matrimonio. 




"Errautsak" de Oier Plaza


Esta tarde en la sala 2 del Trueba, que hemos prácticamente llenado, se ha proyectado un pequeño documental del guerniqués Oier Plaza titulado Pope=Errautsak, que significa cenizas en checo y euskera. También está con un titulo paralelo, que diríamos los bibliotecarios, “Ashes”, pues es la única manera de que más allá se pueda entender el título. 

Como siempre que vas con poca expectación, esta se ha visto superado con creces. Se ve con un interés creciente y con emotividad. Plaza se aleja de lo que he visto del estilo documental de Guerín, pero logra mediante una narración investigadora crearte una curiosidad por lo que se cuenta.

Todo arranca por una casualidad como las grandes y pequeñas historias de la vida. Por una parte, un profesor de educación secundaria, Unai Eguía, aprovecha la reclusión en época del Covid para leer la novela de Javier Cercas “El impostor” sobre la figura de Enric Marco, una persona que se hizo pasar por otro que había estado en el campo de concentración de Flossenburg. Eguía comenta en el documental que creía que a la novela de Cercas le faltaba un epílogo explicando quién era el verdadero suplantado: la figura de Enric Moner.

Por otro lado, tenemos a Antón Gandarias que relata que su ama tuvo durante más de treinta años la carta que un vasco-francés le envió sobre Angel Lekuona, tío y hermano respectivamente de ambos. La madre la ocultó porque su contenido era muy doloroso y porque “Franco se encargó de que una capa de silencio como la bruma en la memoria reinara durante los 40 años que duro el régimen”. La cita no es exacta pero por ahí van los tiros. 

La misiva relataba algunos pormenores del destino de Ángel Lekuona. Este fue un soldado republicano que pasó la frontera pirenaica como tantos miles en 1939 tras la Batalla del Ebro. Había que poner pies en polvorosa o tener un incierto destino si se quedaban. Tras unos años en Francia, los nazis le capturaron  en 1943 y vivió un periplo nada turístico entre campos de concentración de diferentes lugares europeos. 

La búsqueda sobre dónde pudo acabar sus restos dará lugar a un relato con más etapas sorprendentes, cuya hora y media se sigue sin consultar el reloj.

Es apreciable el uso de unos dibujos animados para representar ciertos pasajes que, por razones presupuestarias, no podían asumirse en esta producción. Pero que, en honor a la verdad, la animación le dota a Popel de una mayor fuerza expresiva a la historia. 

Todo ser humano necesita saber quienes han sido sus antepasados. Y cuando le arrebatan a un ser querido es como si en su ADN tuviera un vacío que transmite esa ausencia a los descendientes. Urge cicatrizar ese hueco con la búsqueda de la memoria y la verdad. Y eso es Popel: la recuperación sanadora para los supervivientes. 


Aspecto del Trueba 2 para ver Popel=Errautsak

Sobre “Un fantasma en la batalla” de Agustín Díaz Yáñez decir brevemente que tiene un problema importante: haber salido poco tiempo después de otra que el año pasado ganó el Goya: La infiltrada de Arantxa Etxeberria. 

Se nota que se trata de un encargo, algo con que alimentar el motor de ventas de Netflix. La película bascula entre ser un thriller algo moroso y sin demasiada tensión en la primera parte con otra parte repletas de imágenes de archivo que contextualizan lo que fue ETA durante varias décadas. 

La interpretación  de Susana Abaitua es correcta pero sin la intensidad si la comparamos con la anterior que le daba a un papel muy parecido Carolina Yuste. Del que hace de policía de la guardia civil que dirige la operación de infiltrar a un miembro femenino en el corazón de ETA, Andrés Gertrúdix, me parece una actuación tan seca como un cactus del desierto.

Me comentaba un compañero abertzale que estaba hasta las narices de que siempre “nos retratan con cara de mala leche, nunca sonriendo” Tal vez la explicación esté en una escena que demuestra hasta qué punto parte de un pueblo esté fanatizado con la tensión que eso produce. Le dice en un momento dado la que directora de una ikastola y miembro de ETA a la infiltrada lo siguiente: “Los que somos vascos abertzales nacemos en libertad condicional y acabamos en la cárcel o en libertad condicional ”


"Un fantasma en la batalla" del director Agustín Díaz Yanes


La última película vista por la noche dejó a todo dios en el pase de prensa del Teatro Principal con un sabor de decepción y alguna cabezadita. "Vida privada" de Rebecck Zlotowski es una peliculita que sirve muy bien para echar la siesta después de comer unos espaguetis fríos y sin sal y un filete de hígado encebollado requemado. Eso sí, la Jodie Foster habla muy bien el francés; acompañada del tradicional ramillete de actores franceses no desentona su pronunciación francesa.

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